El espíritu de Grace Kelly impregnó de glamur la gala de la Cruz Roja de Mónaco

La llegada de Grace Kelly a Mónaco dio a la gala de la Cruz Roja monegasca un estándar de elegancia y sofisticación que todavía hoy perduran en uno de los eventos más emblemáticos y solidarios del calendario. Bajo el cielo estrellado, la Salle des Étoiles del Sporting de Monte Carlo se convirtió de nuevo el sábado en el epicentro del lujo, la elegancia, la moda y la generosidad, en un desfile de celebridades y filántropos de todo el mundo que presidieron el príncipe Alberto II y la princesa Charlène de Mónaco.

Después de dar la bienvenida a los asistentes, abrieron el baile. Charlène de Mónaco deslumbró con un diseño de alta costura plisado en color azul empolvado de líneas majestuosas en sintonía con su estilo minimalista y sofisticado. Sin perder la formalidad con su traje de chaqueta blanca y pantalón negro, el príncipe Alberto II le puso una nota de color con la pajarita rota, un guiño al emblema de la Cruz Roja.

Pero el verdadero homenaje al mito de Grace Kelly lo protagonizó Camille Gottlieb . La sobrina del príncipe Alberto de Mónaco y responsable del departamento de juventud de la Cruz Roja Monegasca deslumbró con un vestido de Elisabetta Franchi inspirado en la falda de tul blanca y el top negro de cuello barco que la actriz lució en "La ventana indiscreta" en 1954. Esta peculiar declaración de amor inmortalizando la seducción y el estilo de la princesa fallecida en 1982 confirmó que su legado continúa en la hija de Estefanía de Mónaco.

Camille Gottieb tiene 26 años. No conoció a su abuela, pero la admira. Ha visto todas sus películas y el vestido de esta película de Alfred Hitchcock es uno de sus favoritos. Elisabetta Franchi se ofreció para crear una pieza única inspirada en él. No es una réplica exacta, pero mantiene la ligereza y delicadeza del original, la pureza de su silueta. Suficiente para evocarla. Físicamente, ha heredado sus rasgos y, aunque sean mujeres muy diferentes, inspira sus sueños.

La solidaridad iluminó la Costa Azul y la alfombra roja se convirtió en una pasarela de estilismos y joyas deslumbrantes. Entre los invitados, rostros conocidos de la alta sociedad europea y artistas internacionales, como la productora italiana Monika Bacardi, habitual de estas citas benéficas, Todos reunidos por una causa común: apoyar la labor de la Cruz Roja monegasca. La actriz y modelo danesa Brigitte Nielsen brilló con un deslumbrante vestido de pedrería con cola.

La velada avanzó con una exquisita cena de gala elaborada por el chef Thierry Saez Manzanares y los equipos de Monte-Carlo Société des Bains de Mer; la donación artística de Bernar Venet, que regaló a la Cruz Roja Monegasca su obra "Generative Angles Painting – Red 11"; y la tradicional tómbola benéfica, presentada por la bailarina estrella Aurélie Dupont y el periodista francés Harry Roselmack. Se sortearon premios de lujo, como piezas exclusivas de la Maison Hermès.

El rock de Billy Idol

El clímax musical llegó con la actuación de artistas de renombre internacional, como Billy Idol, icono del rock británico, que pusieron a bailar y cantar a los asistentes, culminando con un espectáculo de fuegos artificiales que iluminaron la bahía de Montecarlo.

La Gala de la Cruz Roja es una historia de compromiso. Desde su primera edición en 1948, el evento ha reunido a grandes leyendas del espectáculo y la música que contribuyen a las causas humanitarias del Principado. A lo largo de los años, han pasado por su escenario nombres como Frank Sinatra, Elton John, Lionel Richie y, en ediciones recientes, Jamiroquai y Robbie Williams. Con un precio de 1900 euros por persona (sin incluir las bebidas), los asistentes disfrutaron de una experiencia culinaria de alto nivel y contribuyeron directamente a las causas benéficas que impulsa la Cruz Roja monegasca.

La velada concluyó con un mensaje de gratitud a los donantes y colaboradores, recordando que la verdadera esencia de la noche reside en la generosidad y la esperanza.