La princesa está triste...¿Por qué llora Estefanía de Mónaco?

El pasado sábado 6 de julio, la princesa Estefanía de Mónaco fue la anfitriona de la gala de verano de la asociación Lucha contra el SIDA Mónaco, creada por ella misma, cuya finalidad es ayudar a infectados por el VIH/SIDA. La princesa, nunca se ha perdido este evento y este año ha asistido con leggins y camisetas de ONG, un look informal que ha despertado especulaciones en muchos medios de comunicación que desde hace tiempo han comentado el aspecto que luce la hija de Raniero III de Mónaco y Grace Kelly en sus últimas apariciones.

De nuevo, la princesa volvió a encender alarmas ya que durante el acto no pudo contenerse y rompió a llorar durante el acto-cabe mencionar que está muy involucrada en la causa-.

"Vivir con el VIH puede no ser fácil, escuchamos eso en Fight Aids Monaco, lo vemos. Por eso continuamos con las acciones de prevención, por eso queremos mantener esta presencia con quienes sufren soledad, discriminación, dolencias físicas o tristeza", afirmó. "Con quienes nos dan su apoyo; con ellos, sin los cuales nada sería posible, nos oponemos a esta inevitabilidad que el sida pudo tener y aún puede llegar a ser", agregó.

Uno de los gestos que provocó sus lágrimas fue el pequeño homenaje que le hicieron los socios de la ONG: cantar L'or de nos vies, un tema convertido en himno de la ONG. En esos momentos, Estefanía estalló en llanto en presencia de su hermano, el actual soberano del país, Alberto II de Mónaco y sus dos hijas, Paulina Ducruet y Camille Gottlieb.

Desde hace unos meses ha habido elucubraciones sobre la salud de Estefanía, y los medios hicieron alusión a su aspecto "desmejorado" en un evento familiar el pasado enero. No obstante, su hijo Louis Ducruet confirmó que su madre simplemente tiene una “agenda apretada” y se encuentra bien.

Su dedicación a la la lucha contra el VIH

Estefanía de Mónaco, bautizada por la prensa como "la princesa rebelde", lleva años consagrada hacia las acciones humanitarias. Tanto es así, que en 2005 el príncipe Alberto le concedió la insignia de la Gran Cruz de la Orden Grimaldi en reconocimiento a su lucha contra el VIH/SIDA y en acciones artísticas, como su apoyo a las artes circenses.

Asimismo, viajó por primera vez en 2006 a las Naciones Unidas para reivindicar su implicación en la lucha contra enfermedad. En 2010 inauguró su primer centro, la “Casa de la Vida” en Carpentras (Francia), para acoger y ayudar a personas con VIH/SIDA.