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Kate Middleton, preocupada por la imagen que pueda ofrecer de ella “The Crown”

La Princesa de Gales ha cambiado su vestuario para evitar el aspecto de Rottenmeier que podría transmitir la serie en su sexta temporada

Catalina de Gales.
La Princesa de Gales realizó una visita benéfica el pasado 2 de noviembre, en Escocia.Jane BarlowPool via AP

Con flequillo travieso o con moño estilizado, Kate Middleton no dejará de ser la heredera perfecta, la destinada a purificar con su corrección bien estudiada todos los pecados de los Windsor. ‘Perfect Kate’. Así fue bautizada en los actos de coronación del rey Carlos, especialmente cuando entró en la abadía de Westminster con una capa azul, símbolo de la Real Orden Victoriana, sobre un diseño de Alexander McQueen. Su imagen en estos eventos es siempre majestuosa. Sin embargo, hay un detalle que no ha pasado desapercibido justo ahora que Netflix estrena la sexta temporada de “The Crown”: su estilo, algo más descuidado de lo normal.

Esta nueva entrega supone el debut de los príncipes de Gales en la serie, una de las más aclamadas por la crítica y el público, y Kate podría estar seriamente preocupada por la imagen que se vaya a dar de ella. Su papel lo interpreta la actriz Meg Bellamy, cuyo nombre completo es, curiosamente, Megan Kate. Aunque la joven anunció hace tiempo que se esforzaría “para hacer justicia a Kate”, la preocupación de la princesa es otra. No sería extraño que alguna escena reforzase ese aspecto de señorita Rottenmeier que le dan algunos de looks que luce en los actos más solemnes, cuando su gesto sobrio se une al negro dominante. Es el caso del Día del Recuerdo.

No puede evitar acaparar las miradas allá donde va y ha acostumbrado a los británicos a no salirse jamás del papel asignado en la corte. Se comporta como una auténtica reina. Sin embargo, verse reflejada en la pantalla podría ser para ella un bocado de realidad difícil de digerir. Hábil en guiños, ha decidido adelantarse y torcer, no el guion de Netflix, pero sí el posible impacto en la audiencia.

La profesión la lleva dentro y en los últimos días no ha escatimado en detalles encaminados a ofrecer una imagen actual y mucho más informal. Se aprecia en el corte de pelo, con el flequillo más pronunciado, y en el uso de prendas que cualquier británico tendrá en su fondo de armario. Todo podría responder a una campaña de marketing perfectamente orquestada para transmitir cercanía y normalidad, aunque sin salirse de los exigentes códigos que impone la Casa Real. La narrativa ideada hasta ahora por los tabloides era de heroína y villana. Perfecta para encarnar la supuesta rivalidad entre Kate y Meghan y esquivar ese carácter arrogante y arisco que destacan algunos biógrafos reales.

Kate Middleton, duquesa de Cambridge y Meghan Markle, duquesa de Sussex asistieron al servicio del día de Navidad en Sandringham en Norfolk, Inglaterra
Kate Middleton, duquesa de Cambridge y Meghan Markle, duquesa de Sussex asistieron al servicio del día de Navidad en Sandringham en Norfolk, InglaterraWP#JRAKGTRES

Su gesto más travieso

Está acostumbrada a contrapesar cualquier ataque con una amplia sonrisa o con algún gesto travieso, como hizo durante los premios Bafta con aquella palmada en el trasero a su marido, Guillermo, después de que se desatasen rumores de infidelidad. En esta ocasión está jugando con su vestuario para dar su particular golpe sobre la mesa, anticipándose incluso a los comentarios y críticas que vaya a desatar su aparición en “The Crown”. A la duquesa no le gustaría ser interpretada como “una joven privilegiada y perdidamente enamorada”, según ha informado el semanario estadounidense UsWeekly. Esto explicaría algunos de los cambios de imagen que se han podido apreciar en sus últimas visitas, como la que realizó el pasado 2 de noviembre a una organización benéfica en Escocia. Para la ocasión, vistió unos vaqueros oscuros, una parka acolchada con estampado de tartán y unas botas de suela gruesa.

Salvo excepciones, en las últimas semanas ha preferido aparcar las faldas acampanadas, los vestidos demasiado entallados y los abrigos sobrios. Su aspecto es el de una mujer común que trabaja, que puede cumplir su rol de una manera más natural, despegándose de la tradición y del protocolo, sin que ello pueda ofender a la Casa Real. De todos modos, sus temores podrían ser infundados. En primer lugar, la Princesa ha superado con creces las expectativas como futura reina. Por otro lado, el personaje de Harry, en sus etapas de pubertad y adolescencia, se llevará el peso de las críticas.

Suegro y nuera, más cómplices que nunca

Según pasan los años, Carlos III y Kate transmiten una relación cada vez más estrecha e intercambian con mayor naturalidad muestras de afecto y complicidad. Hace solo unas semanas, durante un discurso pronunciado en Nairobi (Kenia), el Rey Carlos III la mencionó con estas palabras “Mi querida nuera”. Es una expresión cargada de significado teniendo en cuenta lo inhabitual que es que el monarca exteriorice sus sentimientos. Con la celebración de su 75 cumpleaños cercana, recordó con emoción que en ese mismo escenario se produjo, en 2010, la petición de matrimonio de su hijo, el Príncipe de Gales, a su esposa, “que se ha convertido en mi querida nuera”. No era la primera la primera vez que ocurría algo así. En junio de 2022, el rey le envío un beso al vuelo durante una misa organizada en el marco del jubileo de Isabel II. Son detalles que llevan a pensar que la reina Camilla podría encontrar en ella una sombra demasiado alargada.