Marta Luisa de Noruega estalla para reclamar su hueco en la Familia Real

La princesa Marta Luisa de Noruega sigue copando titulares con grandes dosis de polémica. Le está haciendo la competencia a su sobrino, Marius Borg, en eso de provocar escándalos, tarea en la que lleva centrada desde hace muchos años. Especialmente después de su separación y tras la entrada en escena de su recién estrenado marido, el chamán Durek Verret. Tan controvertido como su esposa, el nuevo yerno de los Reyes Harald y Sonia de Noruega lleva años arrastrando mala fama por sus técnicas curativas, pero más desde que surgiese numerosos desmanes, entre ellos una denuncia de acoso sexual a otro hombre. Pero de lo que se habla ahora y que causa polémica en el país es de que han sido los únicos miembros de la familia en no estar presentes en la tradicional misa de Navidad.

Se trata de una cita ineludible y pocas excusas hay para que uno de ellos cause baja. Ni tan siquiera ha faltado la princesa Mette-Marit, arrastrando problemas de salud graves y en medio de la complicadísima situación judicial de su hijo por diversos y graves delitos. ¿Por qué Marta Luisa y su esposo se permitieron el lujo de ausentarse sin dar previas explicaciones? ¿No fueron invitados para evitar nuevos escándalos? ¿Es que está siendo repudiada por su propia familia? Y es que todos estos rumores han estado pululando en las redacciones del país a modo de rumor, con supuestas pistas que apuntarían a que así es. Dimes y diretes que han sacado de quicio a la protagonista que, una vez más, ha estallado para reclamar su posición en la familia y también su derecho a llevar una vida con normalidad. Algo que implica disfrutar de lo bueno, pero también hacer frente a los aspectos menos positivos. En esto segundo se encontraba el matrimonio cuando su familia se reunía en la tradicional misa de Navidad.

Marta Luisa de Noruega prefería mantenerlo en la intimidad, pero el escándalo le ha obligado a dar explicaciones al mundo. Ante los rumores de crisis con los suyos y viendo que la bola se haría cada vez mayor hasta ser difícil de controlar, ha preferido dar su versión de los hechos. Saliéndose del guion marcado por el gabinete de comunicación de palacio o sin mediación de los responsables de Casa Real, la princesa ha optado por echar mano a su propio Instagram para poner los puntos sobre las íes. Y es que se le presupone un enfado mayúsculo al redactar su contundente mensaje: “Para evitar malentendidos con la prensa: desafortunadamente no podemos estar en la iglesia hoy. Durek está en el hospital recibiendo diálisis, algo que ocurre tres veces a la semana y hoy es uno de esos días. Yo estoy muy enferma y no he podido ir por este motivo. Es triste que tengamos que justificar nuestra ausencia para no alimentar la especulación sobre una mala relación en la familia que no existe. Todavía nos queremos los unos a los otros. Afortunadamente. De haber podido hubiéramos ido, pero no ha podido ser. ¡Feliz Navidad!”, aclaraba el motivo de su ausencia, además de que todo en su familia está divinamente, más allá del delicado escollo en el que les ha metido Marius Borg.