Los príncipes de Gales, escalando y comiendo pizza: sus imágenes más naturales

Hasta hace pocos años, resultaría impensable que los herederos de de una Corona tan importante como la británica se dejaran ver escalando una montaña o comiendo pizza junto a un equipo de rescatadores, pero los príncipes de Gales se han convertido una vez más en el máximo paradigma de los nuevos tiempos que rigen en la monarquía, obligada a reinventarse para sobrevivir.

El Rey Carlos III ya dejó claro en su día que su llegada al trono estaría marcada por una transición hacia una Familia Real más accesible y natural, alejada de la magnificencia que siempre la ha caracterizado, y su hijo ha demostrado que seguirá el camino de su padre.

El príncipe William y Kate Middleton han visitado Gales recientemente para celebrar el 60 aniversario de la creación del Equipo de Rescate de Montaña de Beacons, acompañados de los profesionales que cada día velan por la seguridad de los senderistas y escaladores en el escarpado paisaje galés. Allí han protagonizado simpáticas escenas que muestran la cara más espontánea de los futuros reyes de Reino Unido.

William y Kate Middleton presumieron de buena forma mientras escalaban una montaña, ataviados, por supuesto, con arneses, cascos y los demás elementos que conforman la equipación de seguridad. “Unas vistas preciosas, sea cual sea el tiempo”, dijeron los príncipes de Gales, a los que no pareció importar que las nubes estuvieran presentes a lo largo de toda su visita.

Para reponer fuerzas, el hermano y la cuñada del príncipe Harry se hicieron con más de 10 pizzas que compartieron con el equipo de rescate, en una reunión de lo más informal que tuvo lugar en un restaurante local. Fue en ese momento cuando Kate Middleton confesó un hábito del príncipe William que le pone de los nervios: suele comer pizza tumbado en el sofá de casa. “Es una pesadilla”, se quejó la princesa de Gales en clave de humor.

A una semana de la coronación

A pesar de esta escena de sencillez, la Corona británica sí desplegará toda su pompa el próximo 6 de mayo a lo largo de la coronación de Carlos III. Se tratará de una ceremonia algo más austera de la que su madre, la Reina Isabel II, protagonizó en su día, pero no dejará de ser un día de exhibición de poder y grandeza.

Por desgracia, las rencillas que los duques de Sussex mantienen con su familia eclipsarán el gran momento de Carlos III, por más intentos que haya hecho el monarca de que las tensiones entre los Windsor no acaparen los titulares.