Filántropo
RECAL, el sueño de Maximiliano de Habsburgo
Heredero de una dinastía histórica, Maximiliano de Habsburgo, miembro de la Casa Imperial de Austria, príncipe de Hungría y Bohemia, ha encontrado su verdadero legado en el servicio a los más vulnerables
En un mundo donde las adicciones representan una de las crisis más difíciles de combatir, Maximiliano de Habsburgo, miembro de la Casa Imperial de Austria, príncipe de Hungría y Bohemia, decidió fundar RECAL, acrónimo de recuperar almas, un centro dedicado a la rehabilitación y reintegración de personas que enfrentan trastornos de adicción. Una enfermedad que conoce en primera persona y que se llevó a una de sus hermanas con 24 años.
Allá por 2001 nadie se imaginaba que el señor con porte principesco que conducía una furgoneta por las calles de Pozuelo, a las afueras de Madrid, y recogía a drogadictos tirados y abandonados para darles comida y una ducha de agua caliente era Maximiliano de Habsburgo, hijo de los Archiduques Ferdinand y Helen de Austria. Formado en el prestigioso Eton en Reino Unido, en los años 80 viajó a España para aprender el idioma. La movida se llevó a una de sus hermanas con poco más de 24 años y desde entonces está muy comprometido con la ayuda a las personas que sufren adicciones.
Aunque la familia Habsburgo es conocida por su papel en la historia de Europa, Maximiliano ha elegido un camino distinto al de sus antepasados. Inspirado por el sufrimiento que observó en personas cercanas y en su entorno, y motivado por su profundo sentido de empatía, decidió canalizar sus esfuerzos hacia una de las causas más urgentes del siglo XXI: el tratamiento de las adicciones. Para él, la recuperación de una adicción no solo es un proceso clínico, sino un viaje de sanación integral que requiere apoyo, comprensión y un entorno seguro.
Educado en el prestigioso internado Eton en Reino Unido, por donde también pasaron numerosos primeros ministros británicos, así como Guillermo y Enrique de Inglaterra, el hijo de los archiduques Ferdinand y Helen de Austria viajó a España en los años ochenta con la intención de aprender nuestro idioma. Una etapa dura que se llevó por delante a una de sus hermanas con poco más de 24 años. Esta situación personal le impulsó a crear RECAL donde ayuda a pacientes a rehabilitarse de adicciones como el alcoholismo, las drogas, el tabaco, la ludopatía, la nomofobia o el sexo con un programa integral que incluye el apoyo a las familias, otra de las claves a la hora de lograr su objetivo.
La sede central está situada en Majadahonda, a las afueras de Madrid, y el equipo, con el aristócrata al frente, está formado por un completo grupo de especialistas para cada uno de los tratamientos requeridos. Médicos, psicólogos clínicos, terapeutas, enfermeros y un nutrido grupo de profesionales centrados en la recuperación completa de los pacientes. También se desarrollan talleres especialmente enfocados a la prevención de la adicción en jóvenes y adolescentes. Se emplea el Modelo Minnesota, cuya finalidad es que los adictos en recuperación alcancen un estado de abstinencia total hacia cualquiera que sea la sustancia y/o comportamiento que causaba su adicción. Así, a través de este método se busca también una reinserción social e incluso laboral de los pacientes.
La consolidada trayectoria de RECAL, a lo largo de sus más de 23 años de vida, aporta seguridad y confianza tanto a las personas que reciben el tratamiento como a sus familiares. Su experiencia les permite personalizar y adaptar el procedimiento en cada caso, lo que se traduce en el éxito a la hora de lograr la recuperación del paciente. “Nos enfocamos en brindar tratamientos personalizados que abordan tanto los aspectos físicos como mentales, emocionales y espirituales, promoviendo una recuperación sostenible en el tiempo y el bienestar integral de los pacientes”, asegura Maximiliano de Habsburgo.
Cada septiembre Maximiliano tira de agenda y convoca a la jet set internacional en uno de sus eventos solidarios que tienen como objetivo recaudar fondos para becar a personas sin recursos que no pueden acceder al centro. Jaime de Marichalar, los hermanos Fernando y Cayetano Martínez de Irujo, Jaime Martínez Bordiú, Juan Abelló con Ana Gamazo, Javier Fitz-James Stuart, Teresa Domecq, Blanca Osorio, Otto de Hannover, Pablo de Hohenloe, Simoneta Gómez-Acebo y, naturalmente, su hermana, Sofía de Habsburgo son algunos de los muchos socialités que asisten. Incluso la reina Isabel II de Inglaterra hizo una donación a Recal coincidiendo con el 80 cumpleaños de la progenitora de Maximiliano. La familia siempre le ha apoyado en este proyecto. Su hermana cedió los fondos de un premio y su mujer, Maya Askari, bisnieta de Jafar al-Askari – exprimer ministro de Irak, hizo lo mismo cuando escribió su libro ‘La protección’.
A principios de este año se inauguró RECAL TA, una nueva unidad dedicada íntegramente a la prevención y tratamiento de los trastornos alimentarios, problema que cada vez empieza a manifestarse en edades más tempranas. “La adolescencia es la etapa en la que somos más vulnerables a los mensajes y comentarios sobre nuestro aspecto físico. Las redes sociales son un bombardeo de los cánones de belleza y de formas de vida donde se muestra una perfección y éxito, muchas veces irreal. Algo inalcanzable que predispone a iniciar un trastorno alimentario”, comenta el aristócrata y fundador de Recal.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son la tercera enfermedad crónica más común en las sociedades occidentales. En España, los datos actuales muestran una prevalencia del 0,3% para la Anorexia Nerviosa, 0,8% para la Bulimia Nerviosa y 3,1% para el Trastorno por Atracón y otros TCA no específicos entre adolescentes de 12 a 21 años, según cifras de la Associació contra l’Anorèxia i la Bulímia. La mayor incidencia se produce entre los 12 y los 18 años, pero cada vez hay más casos donde el inicio es antes, en torno a los 8 o 9 años. En parte, este disminución de edad está relacionado con el aumento de la presión a tener un determinado físico así como el acceso a las redes sociales cada vez mayor y a edades más tempranas.
"Una intervención temprana no solo ayuda a reducir el sufrimiento individual, sino que también disminuye las complicaciones graves a largo plazo", confirma María Quevedo, directora de tratamiento de Recal. Mejor prevenir que curar. Este es uno de los objetivos primordiales del Centro Recal TA. “Nuestro programa pretende intervenir de forma que el trastorno alimentario no se agrave, fortaleciendo los factores de protección y detectando tempranamente las señales de alerta”, afirma Gadea. “Quererse tanto por fuera, como por dentro es clave, y es que la imagen corporal no es solo los que vemos en el espejo, son también los sentimientos y emociones en relación a nuestro cuerpo y se van construyendo a lo largo de la vida”, añade.
Maximiliano de Habsburgo ha demostrado que el verdadero poder no radica en los títulos ni en el estatus, sino en el impacto que se puede tener en la vida de los demás. Con la creación de RECAL, ha establecido un legado de compasión, esperanza y recuperación que continuará transformando vidas durante generaciones.
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Pasividad ante la tragedia