
Polémica
El reinado de los Sussex se tambalea: los planes de Donald Trump para echarles de Estados Unidos
El empresario, que ha sido reelegido como presidente, ha dejado claro en varias ocasiones que no siente ninguna simpatía por el príncipe Harry ni Meghan Markle

Los resultados de las elecciones estadounidenses han dado la victoria a Donald Trump, que regresará a la Casa Blanca cuatro años después de abandonarla no sin hacer ruido, lo que mejor se le da. La principal potencia del mundo -de momento- abraza ahora una nueva era republicana que despierta cierto temor e incertidumbre entre los millones de ciudadanos demócratas que este martes se llevaron las manos a la cabeza. Entre ellos se encuentran Meghan Markle y el príncipe Harry, que residen en California desde 2020, cuando dieron puerta a la Familia Real británica.
Desde entonces, los ataques de Trump a los duques de Sussex se han ido intensificando, aunque lo cierto es que el próximo presidente ya colocó a Markle en la diana en 2016, incluso antes de que se diera a conocer su relación con el Príncipe Harry. Fue después de que ella le tachara de “divisivo” y “misógino” en un programa de televisión, unas declaraciones que, por supuesto, no sentaron nada bien al magnate. A partir de ese momento, tan solo hay que mencionar el nombre de la nuera del Rey Carlos III al líder republicano para que responda con su característica retahíla de improperios. Ya saben que morderse la lengua no van con él.
Más comedido se muestra, eso sí, con el nieto de la Reina Isabel II, al que se refiere con cierto paternalismo para definirle como lo que en España sería un “calzonazos” de toda la vida, con toda la carga machista que lleva implícito el término. “Está siendo utilizado horriblemente y maltratado como ninguna persona que que he visto. Ella, probablemente le deje cuando decida que le gusta más otro tío”, comentó ante el periodista Piers Morgan, conocido por su tono incisivo y vehemente. Dios los cría y ellos se juntan.

Pero lo que hasta ahora solo ha sido un cruce de acusaciones -más de Trump que de los Sussex-, puede tornar en una batalla mucho más seria con el regreso del magnate a la Casa Blanca. Desde que el Príncipe Harry confesó en “Spare”, sus memorias, que había consumido drogas en su juventud, su rival se ha propuesto utilizar todo el arsenal que tiene a su disposición para revocar el visado que le permite residir en Estados Unidos. A la hora de solicitarlo, se debe informar sobre el consumo de estupefacientes en el pasado, y se entiende que Su Alteza Real mintió sobre esta cuestión, puesto que el permiso de residencia se le fue concedido. “Si se demuestra que mintió habrá que tomar las acciones apropiadas. Harry no tendrá un trato especial”, aseguró Eric Trump, hijo del expresidente -Biden todavía ostenta el cargo-.

Por si acaso, los duques de Sussex ya se han hecho con una nueva propiedad en Portugal. Supondría la vuelta de Meghan y Harry al Viejo Continente, retorno que muchos han entendido como una especie de acercamiento a la Familia Real, puesto que se encontrarían a menos de tres horas en avión de Londres. Qué paradójico resultaría que Trump terminara facilitando un reencuentro entre los Windsor y los que él califica de “manzanas podridas”.
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