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Los Reyes Felipe VI y Letizia, a contracorriente: la oportunidad perdida de la princesa Leonor

El caso de la monarquía española es minoritario si se compara con otras casas reales, ya sean europeas o fuera del continente

Spanish King Felipe VI and his wife Queen Letizia await the Heads of State and Government for a dinner at the Alhambra during the European Political Community Summit.
Spanish King Felipe VI and his wife Queen Letizia await the Heads of State and Government for a dinner at the Alhambra during the European Political Community Summit.Kay NietfeldDPA vía Europa Press

La Casa Real nipona empezó abril con una importante novedad. Por fin cuenta con un perfil oficial en Instagram, que ha empezado a funcionar por la puerta grande. En menos de un día ya ha conseguido llamar la atención de más de 370.000 seguidores, todo un logro teniendo en cuenta que la familia imperial japonesa es mucho menos mediática que las reales europeas.

Además, ya se han hecho más de 19 publicaciones, actualizando el perfil con imágenes sobre los actos oficiales que han tenido lugar desde el enero pasado. Un importante paso en materia de comunicación que tiene un claro objetivo: conectar con las generaciones más jóvenes en un entorno en el que las monarquías parecen cada vez más anacrónicas.

Se trata de una estrategia que se viene siguiendo en Europa desde hace años. La Corona inglesa es toda una experta y no solo cuenta con su propio perfil oficial en Instagram, sino que otros miembros destacados de la familia, como los príncipes de Gales, también han apostado por este canal de comunicación.

De igual modo ocurre en las monarquías danesa, noruega, belga, sueca o el principado de Mónaco. Todas cuentan con perfiles en Instagram, quizás la red social más próxima a los jóvenes junto a TikTok. Pero el caso de la Casa Real española es otro cantar, puesto que solo mantiene abierta una cuenta en X, antiguo Twitter, y que además se actualiza cada mucho tiempo. El último post a la hora de publicar este artículo se remonta al 25 de marzo, justo una semana atrás, un periodo de tiempo largo que contrasta con la inmediatez que requieren las comunicaciones en esta era digital.

Por ejemplo, la Casa Real sueca felicitó el Domingo de Pascua con una imagen de sus reyes hace solo dos días, igual que hicieron desde la Casa Real británica. Se trata de una buena forma de mantenerse activos desde la distancia, de estar siempre presentes y dejarse ver ante un público mayor.

Todos estos perfiles suman varios millones de seguidores, e incluso se siguen entre ellos, en una especie de diplomacia digital que fortalece sus lazos.

Se desconoce, entonces, por qué la Casa Real española se resiste a apostar por esta red social en su estrategia de comunicación, especialmente en un momento en el que la princesa Leonor toma mayor protagonismo y da un aire renovado y juvenil a la monarquía. Sea cuál sea el motivo, está claro que, en este sentido, nuestra Corona parece nadar a contracorriente.