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Verano

Vacaciones de la realeza europea: orgullo y polémica

La familia real holandesa y su verano en territorio griego vuelve a levantar ampollas, mientras se valoran los retiros en Balmoral de los Windsor

Federico X y Mary de Dinamarca BO AMSTRUPEFE

Los holandeses adoran a su monarquía, pero cada año surge la polémica al llegar el asueto de los reyes de los Países Bajos, Guillermo y Máxima y sus tres hijas. Este 2025 alcanzó nuevas cotas al trascender que decidieron disfrutar de nada menos que ocho semanas de vacaciones en su lujosa villa en Kranidi, en el Peloponeso (Grecia). Desde que la adquirieron en 2012 por un valor estimado de cinco millones de euros, esta finca frente al mar ha sido objeto de admiración, pero también de críticas por parte de la prensa neerlandesa. La residencia, con sus tres casas independientes, piscina, playa privada y puerto propio, simboliza elegancia, desconexión... y cierta distancia con su propio país La revista holandesa «Story» no dudó en comparar su retiro helénico con los destinos veraniegos más modestos que escogen otras monarquías actuales: «Al Rey Felipe y la Reina Letizia se les puede encontrar en Mallorca; Carlos Gustavo y Silvia, en Öland; Harald y Sonia, en Bugdøy; Federico y Mary, en Marselisborg o Graasten, y los Windsor, en Balmoral», subrayó Justine Marcella, experta en realeza. Para añadir con contundencia que «sería maravilloso que escogieran Zelanda, Limburgo o Terschelling… los Países Bajos son maravillosos, ¡pero no creo que lo hagan nunca!». Otros, como el periodista Jeroen Snel, sugirieron un término medio: más escapadas nacionales, aunque breves, como un fin de semana. A ese contexto de controversia se sumó una imagen que complicó aún más su narrativa: en agosto de 2025, Máxima y sus hijas (Alexia y Ariane) fueron captadas en una peregrinación cargada de espiritualidad al templo ortodoxo de Agios Nikolaos, en la isla de Spetses, una de las favoritas de la realeza griega. La visita fue compartida por el párroco en Instagram y celebrada localmente, pero reavivó el debate en los Países Bajos sobre si la familia debía pasar tanto tiempo fuera de su tierra, incluso en un acto solemne.

Las dunas y Dinamarca

Mientras los holandeses cuestionaban si la monarquía estaba perdiendo el vínculo con su propia población, en Dinamarca surgió otra polémica real, aunque con matices diferentes: el famoso paseo real por las dunas. En esta ocasión, el príncipe heredero Federico X y la reina Mary fueron foco de críticas por los elevados gastos y la imagen de frivolidad asociada a una escapada entre dunas. La escolta, compuesta por un carruaje tirado por caballos, el traslado en vehículos y otros servicios, sumó un coste estimado en más de 66.000 euros en apenas 24 horas, lo que provocó indignación y acusaciones de falta de empatía en tiempos difíciles

A esta controversia se añadió una acusación de «hipocresía climática»: mientras Federico X ha sido un promotor de políticas verdes y sostenibilidad, su uso frecuente del yate Dannebrog y de aviones privados no concordaba con ese discurso. De hecho, se calculó que el yate emitía más de 3.500 toneladas de CO₂, frente a las apenas 7,5 toneladas que genera un ciudadano danés aproximadamente al año. Así, lo que podría haber sido una postal relajada y armoniosa entre dunas tranquilas, se tornó en una discusión sobre responsabilidad ecológica.

Denmark RoyalsASSOCIATED PRESSAgencia AP

En este clima de controversias vacacionales, emerge con fuerza un contrapunto que captura la serenidad y la discreción: el paseo por las dunas de los daneses, aún envuelto en crítica, recuerda una tradición que, pese a todo, busca transmitir cercanía con la naturaleza y con su pueblo.

Mientras tanto, en el Reino Unido, una imagen serena y llena de autenticidad ha sido ampliamente difundida: los príncipes de Gales, William y Kate Middleton, llegando el 24 de agosto de 2025 a la iglesia de Crathie Kirk, en Balmoral, acompañados por sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, y el rey Carlos III y la reina Camilla, quienes también asistieron por separado. La instantánea, sencilla y cálida, muestra a Kate en el asiento del copiloto, con su nueva melena de tono rubio dorado, mientras la familia se dirige al servicio religioso que tanto simboliza la estabilidad, la tradición y el retiro discreto. Los Gales ofrecían una imagen de calma, de valores familiares y de conexión con la histórica regió­n.

Distintos veranos, distintas polémicas. Cosa que no ocurre con las casas reales de Oriente, que disfrutan del lujo elitista en, sin ir más lejos, la Costa del Sol.

Unas vacaciones pausadas por los incendios

Después de los tradicionales veraneos en Marivent, en Palma de Mallorca, donde acude cada año la Familia Real española, siempre hay unos días fuera de foco hasta volver a retomar el calendario constitucional. Grecia o Portugal han sido países destino de estas escapadas reales. Este año, los incendios de Galicia, Asturias, Zamora y Extremadura que trágicamente están marcando la actualdidad han hecho que los Reyes de España interrumpan sus vacaciones para poner el foco nacional e internacional en las zonas afectadas. Como ya ocurrió con el volcán de La Palma o la Dana en Valencia, Don Felipe y Doña Letizia acuden al epicentro de los desastres naturales (y a veces intencionados) que han asolado en los últimos años distintas zonas del Reino de España.