Selección inglesa de fútbol femenino

El Príncipe Guillermo y David Beckham, acusados de sexistas

Ambos han sido criticados por activistas feministas por el contenido de sus vídeos de felicitación a las jugadoras de la Selección inglesa.

David Beckham junto a su hija
David Beckham junto a su hijaInstagramLa Razon

Concretamente les acusan de usar a sus hijas como escudos en los mensajes de apoyo a las jugadoras de la selección de fútbol femenino inglesas, antes de la final de la Copa del Mundo, celebrada el domingo y que acabó con la victoria de las españolas. El príncipe William y el ex jugador de fútbol, David Beckham, publicaron vídeos con sus respectivas hijas Charlotte y Harper disculpándose por no poder asistir a la final pero deseando, en cualquier modo, toda la suerte a las Leonas.

El grupo feminista MFW critica a ambos por no incluir a sus hijos en los videos de ánimos, motivo por el que los califican de «abiertamente sexistas», y que los videos equivalían a «microagresión». El grupo feminista reconoce estar «hartos del sesgo y la falta de verdad en la mayoría de los principales medios de comunicación» y animan a «promover un cambio positivo» mediante el uso de boicots colectivos para forzar la eliminación de contenido que ellas consideran que propagan el discurso de odio.

MFW piden que tanto el heredero al trono como el propietario del Inter Miami de las Grandes Ligas estadounidenses rectifiquen porque "ambos presentaban solo a sus hijas y a ninguno de sus hijos». «Porque todavía se considera indeseable e incluso repugnante que los niños puedan tener modelos a seguir femeninos o animar a un equipo femenino», añaden desde la sede feminista. «Que pasaría si fuera el equipo masculino de fútbol inglés el que estuviera en una final: ¿esos hombres mostrarían solo a sus hijos en el mensaje de video y no a sus hijas también?", señalan.

«Se espera que las niñas animen a los hombres y a las mujeres, mientras que los niños no. Mucha gente verá este problema como menor, pero no lo es. Se llama una microagresión, que las mujeres y las personas en grupos oprimidos experimentan todos los días de sus vidas», concluyen su queja.