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José Sacristán sufre labilidad emocional

Se trata de un conjunto de alteraciones en la manifestación de la afectividad y reacciones emocionales exageradas como respuesta a diferentes estímulos

JOSE SACRISTAN EN TEATRO CON SEÑORA DE ROJO
JOSE SACRISTAN EN TEATRO CON SEÑORA DE ROJOJavier NavalJavier Naval

El actor José Sacristán, de 84 años, ha revelado en el programa “La matemática del tiempo” del periodista Carlos del Amor en Televisión Española que padece labilidad emocional, un conjunto de alteraciones en la manifestación de la afectividad y reacciones emocionales exageradas como respuesta a diferentes estímulos.

El ganador del Premio Nacional de Cinematografía 2021 y del Goya de Honor 2022, ha sido el último invitado de la primera temporada del programa, en el que ha hablado también de sus comienzos humildes y de sus próximos proyectos.

Jose Sacristan
Jose SacristanFuenbuenaLa Razón

Me diagnosticaron ya de mocito una cosa que se llama labilidad emocional, que traducido al vulgar significa que tengo un alma de portera que no me la merezco”, ha comenzado diciendo. “Cualquier alteración de las emociones me provocaba problemas capilares, oftalmológicos, dermatológicos...”, ha destacado que ha llegado a sufrir desvanecimientos en mitad del cine. “Yo me llegaba a desmayar viendo Las mil y una noches, cuando a Turhan Bey le torturan en una rueda... Ahí me quedé tieso”. “Entonces hay un particular cuidado, tengo cierta incapacidad para una forma de violencia”, ha revelado.

Sin embargo, parece que ahora ya controla la situación y afirma que “ya no temo que me de un vahído, pero de todas maneras la labilidad emocional me ha generado una dermatitis nerviosa que de vez en cuando me juega malas pasadas”.

Tras esta confesión, el intérprete ha reconocido ante Carlos del Amor que ha llorado mucho a lo largo de su vida. “Los hombres lloramos y a mucha honra. En ocasiones también he llorado de alegría, de felicidad... hay algo ahí que sale y se manifiesta abiertamente”, ha dicho. Para Sacristán llorar es algo cotidiano. “Lloro mucho todos los días haciendo “Señora de rojo sobre fondo gris”. Sobre todo recordando las conversaciones que yo tenía con Miguel Delibes”.