El enfrentamiento entre su mujer y su hija saca de quicio a Ortega Cano

No puede más, los acontecimientos le superan, es incapaz de poner orden en su propia casa, y su sufrimiento silencioso por el duro enfrentamiento entre su hija Gloria y su esposa Ana María les está sacando de quicio.

En esta última semana estamos viendo la cara menos agradable de José Ortega Cano, sus enfados con la prensa y su malestar cuando le preguntan por los desafueros entre las dos mujeres más importantes de su vida.

El pasado miércoles, el torero se encaraba con un reportero que entrevistaba a su pareja: “queréis callaros ya, o vais a tener un problema, eh”, soltó con una cara de cabreo absoluto.

Cuando el diestro se enfada es imprevisible, da miedo, le sale su yo más intenso, su cara más desagradable, y, a veces, ese descontrol juega en su contra, porque todos tenemos un imagen de Ortega Cano de hombre tranquilo, educado y sencillo.

Desde su entorno nos llega la información de que el maestro le ha pedido, casi suplicado, a su esposa que se deje de realizar entrevistas exclusivas y de desvelar devaneos familiares en el programa de televisión en el que trabaja los fines de semana.

Pero Ana María parece ir a su aire sin sopesar el efecto negativo que tienen sus declaraciones, sobre todo en las que se refiere a la hija de su marido. Lo que está muy claro es que entre Gloria Camila y su no madrastra no cabe la menor sintonía, por mucho que ellas intenten quitar importancia al asunto.

Las frases de una y otra lo único que consiguen es afectar al máximo la salud mental de José Ortega Cano.