Sanción
Gustavo, el íntimo de María Teresa Campos, se enfrenta a una multa de 200 euros: este es el motivo
Es el chófer de la periodista, aunque ella lo trata como “el hijo que nunca tuve”
Aunque hace tiempo que María Teresa Campos no trabaja en ningún proyecto mediático, el foco sigue puesto en ella y su familia. No hay semana que los paparazzi o reporteros no la sigan por la calle o la esperen en la puerta de su casa, a la espera de que la veterana periodista baje la ventanilla del vehículo y dedique unas pocas palabras a la prensa. En todas estas ocasiones, la estampa suele ser la misma: Gustavo, su fiel amigo, conduce el coche mientras ella viaja de copiloto con su perrita Lula.
Se trata de una imagen, a priori, inocente, pero lo cierto es que Gustavo, el chófer y leal amigo de María Teresa Campos, podría enfrentarse a una sanción de 200 euros por llevar a la mascota sin ningún tipo de sujeción. “El conductor del vehículo está obligado a (...) cuidar la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”, recoge el artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación.
Además, si el conductor manejara el vehículo de forma agresiva, la multa ascendería hasta los 500 euros y conllevaría también la retirada de seis puntos del carné de conducir, aunque, que se haya visto, no parece ser el caso de Gustavo.
Lo cierto es que desproveer al animal de un sistema de sujeción adecuado no solo resulta peligroso para el conductor y el resto de pasajeros del vehículo, sino para la propia mascota, teniendo en cuenta que, en caso de accidente, podría salir disparada contra el parabrisas. Ni siquiera sería necesario que el choque se produjera a gran velocidad, puesto que el bajo peso de la perrita Lula se multiplicaría por 25 si hubiera un frenazo brusco, tal y como explican desde la Guardia Civil.
Fue en 2017 cuando Lula se incorporó al mediático clan Campos. En principio, fue un regalo que Carmen Borrego hizo a su hermana Terelu, con la intención de que le hiciera compañía en su lujoso ático después de que Alejandra Rubio abandonara el nido familiar. Sin embargo, con la llegada de la pandemia de coronavirus y el posterior confinamiento, la presentadora de ‘Sálvame’ prefirió ceder el anima a su madre, María Teresa, para que no se sintiera sola a lo largo de los meses que duró en el encierro.
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