Movida

Los esqueletos en el armario de Mrs. Truss

Una ‘affaire’ casi trunca una carrera que la ha llevado a Downing St. De momento, sobrevive a los tabloides

Liz Truss
Liz TrussDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Hugh O’Leary observaba a su esposa unos pasos por detrás de ella, representando adecuadamente ese papel que se exige a las parejas de las personalidades públicas: sonriente, discreto, orgulloso actor secundario del primer discurso que Liz Truss ofrecía a la prensa frente al nuevo domicilio del matrimonio, el 10 de Downing Street. Las lenguas más afiliadas, tan abundantes en los tabloides británicos, juzgaban la estampa como descriptiva de su recorrido amoroso: la mujer enérgica y ambiciosa, y el marido gris y complaciente. O’Leary ha tenido que asumir estas dos etiquetas con resignación: la primera, propia de él por ser un contable sin grandes logros que ha trabajado años desde casa; la segunda, fruto de una decisión que muchos no comprendieron: perdonar una infidelidad de Liz que duró al dieciocho meses.

Hace quince años de aquel affaire, pero nada es pasado en el currículo de quien llega a ser primera ministra del Reino Unido, más aún cuando su aireado romance extraconyugal estuvo a punto de costarle la carrera política cuando apenas había comenzado su prometedor recorrido en el Partido Conservador. Algunos diputados creyeron que era un ejemplo moralmente inadecuado para las nuevas generaciones de la formación y debía ser rebajada a simple militante. David Cameron, líder del partido entonces y primer ministro años después, fue quien trazó la línea entre la intimidad y la profesionalidad, y la mantuvo en sus responsabilidades dentro del departamento económico.

SCREENSHOT - 08 September 2022, United Kingdom, London: A handout screen grab shows UK Prime Minister Liz Truss speaking at the House of Commons to set out her energy plan to shield households and businesses from soaring energy bills. Photo: -/House Of Commons via PA Wire/dpa - ATTENTION: editorial use only and only if the credit mentioned above is referenced in full -/House Of Commons via PA Wire/d / DPA 08/09/2022 ONLY FOR USE IN SPAIN
SCREENSHOT - 08 September 2022, United Kingdom, London: A handout screen grab shows UK Prime Minister Liz Truss speaking at the House of Commons to set out her energy plan to shield households and businesses from soaring energy bills. Photo: -/House Of Commons via PA Wire/dpa - ATTENTION: editorial use only and only if the credit mentioned above is referenced in full -/House Of Commons via PA Wire/d / DPA 08/09/2022 ONLY FOR USE IN SPAINDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

La tormenta no pareció en ningún momento poner en riesgo su matrimonio, a pesar de que la publicidad suele añadir agravios a las aventuras en alcobas ajenas, y esta sin duda fue muy comentada cuando en 2006 el diario Daily Mail llevó la historia a su portada: Mark Field, un conocido diputado conservador, estrecho colaborador de Cameron y también casado, había pasado de ser el mentor de una joven (25 años) y desconocida Liz Truss a su compañero sexual desde casi dos años antes. Ella reconoció la infidelidad, aunque aseguró que había acabado hacía tiempo y que dejaron de verse cuando supo que estaba embarazada de la que sería su primera hija. Field anunció su divorcio pocas semanas después de la revelación periodística.

«Esa aventura fue un error»

Tres años más tarde, Truss se presentó a sus primeros comicios para el Parlamento y fue inevitable que le preguntaran por ese episodio: «Lamento aquella aventura, fue un error. Sobre todo lo lamento por mi esposo —reconoció en una entrevista—. Aprendí la lección y aquello ya está superado. Estamos a punto de celebrar nuestro décimo aniversario de boda y puedo decir que, desde que eso sucedió, nuestra unión es mucho más fuerte».

Y así parece que continúa siéndolo cuando ya han rebasado los 22 años de matrimonio. «El amor de mi vida», publicaba Truss en sus redes sociales junto a una fotografía de su marido, una manifestación poco habitual, que cuida mucho desde la infidelidad. De hecho, nunca ha mostrado el rostro de sus dos hijas adolescentes, de 13 y 16 años. Esto es una gran prioridad en la familia.

Sin embargo, hay algunas desavenencias familiares que no acaban de resolverse y que se han agravado con la elección. Los padres de Truss, él profesor de Matemáticas en la Universidad de Leeds y ella enfermera y profesora, intentaron transmitir a sus cuatro hijos unas convicciones políticas que la propia Liz describe como «más a la izquierda que el Laborismo». Recuerda haber acudido siendo niña a manifestaciones a favor del desarme y contra Margaret Thatcher, quien hoy es su más admirado referente, la figura que intenta emular hasta en su estilismo. Ya fue un shock para sus progenitores que su hija se afiliara al Partido Conservador en 1996, pero según fue profundizando en sus posiciones neoliberales sobre la economía, el trago cada vez se hizo más amargo para ellos.

«Cuando fue candidata tory por primera vez, su madre se sentía desolada. Se debatía entre apoyarla porque era su hija o no hacerlo porque era conservadora —explicó un amigo de los Truss a ‘The Times’—. Al final, decidió que los lazos familiares eran lo más importante». No ha sido el caso del padre, que siempre se ha mantenido al margen de la carrera de su hija y que ahora se muestra tan disgustado por que vaya a ser ella quien ponga en marcha las políticas que él siempre ha combatido que ha prohibido a sus compañeros en la Universidad de Leeds hacer cualquier mención sobre el tema en su presencia. Van a ser unos años muy duros para el señor Truss. Bienvenidos a otro serial.