
Entrevista más sincera
Alejandra Rubio, enamorada y sin prisas: "Creo en el amor para toda la vida, pero no hay boda a la vista todavía"
La hija de Terelu Campos vive una etapa de estabilidad y madurez junto a Carlo Costanzia. Madre por primera vez a los 25 años, la influencer habla sin tapujos sobre su relación, los planes de boda y la posibilidad de ampliar la familia
Alejandra Rubio está viviendo uno de los momentos más dulces de su vida. A sus 25 años, la hija de Terelu Campos y nieta de la recordada María Teresa Campos, ha encontrado en Carlo Costanzia -hijo de Mar Flores- un compañero de vida con quien comparte amor, complicidad y un proyecto de futuro. A pesar de las polémicas familiares que los han rodeado en los últimos meses, la joven pareja demuestra que su relación está más sólida que nunca.

En una sincera entrevista para la revista Diez Minutos, Alejandra se ha pronunciado sobre el punto en el que se encuentra su historia con Carlo y cómo enfrentan las críticas externas. "Creo en el amor para toda la vida. No lo digo como algo idealizado, sino como algo que se construye y hay que lucharlo y aportar cada día", ha confesado la colaboradora de Vamos a ver, dejando claro que lo suyo no es una relación de escaparate, sino un compromiso real basado en el respeto y la constancia.
Lo más importante: su hogar y su hijo
Lejos de debilitarse por la presión mediática, Alejandra asegura que la unión con Carlo se ha visto reforzada. "Hay tantas cosas que diría…", comenta, en alusión a la polémica que salpica a la familia Costanzia-Flores, pero prefiere mantener la discreción y centrarse en lo que de verdad importa: su hogar y su hijo, que dentro de dos meses cumplirá su primer año.

Y es precisamente su faceta de madre la que más la está transformando. "No tengo un número ideal de hijos. Que sea lo que Dios quiera. No quiero forzar las cosas. Soy muy poco de planear, aunque con el niño tienes que hacer rutinas", confiesa. Alejandra disfruta de la maternidad con plenitud y no descarta ampliar la familia más adelante, aunque prefiere dejar que la vida fluya.
Eso sí, cuando se le pregunta por una posible boda, la influencer no se esconde. "Carlo todavía no ha hincado rodilla", bromea entre risas, aunque no oculta que ha imaginado cómo sería su enlace ideal. "Me encantaría que fuera una boda familiar, tranquila, sin tener que estar pendiente de invitados por compromiso", explica. Y añade un detalle que revela su deseo de vivirlo con intimidad: "Sería un día sin móviles. No me gustaría estar pendiente de nada más que de disfrutarlo".
En medio de los focos y las opiniones ajenas, Alejandra Rubio se muestra centrada, serena y más madura que nunca. Ha aprendido a poner límites, a proteger su vida privada y a vivir su historia de amor lejos del ruido. Junto a Carlo Costanzia, con quien comparte ya cinco años de diferencia generacional pero una misma forma de entender el compromiso, la joven Campos parece haber encontrado su equilibrio.
Entre biberones, proyectos profesionales y sueños compartidos, Alejandra demuestra que su apellido pesa menos que su determinación. Y aunque todavía no haya boda a la vista, su mensaje es claro: el amor verdadero no necesita prisa, solo propósito.
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