Entrevista
Cayetano de Alba: "Ya no pinto nada en esa Casa"
El duque de Arjona asiste asombrado al extraño rumbo de los productos gourmet que un día lideró con la marca de la dinastía
Durante cinco años, Cayetano Martínez de Irujo dirigió con destreza el negocio de productos gourmet de la Casa de Alba. Su gestión al frente de Alba Fine Food era, según sus propias palabras, un proyecto de pasión y dedicación. Sin embargo, con el fallecimiento de su madre, la legendaria Duquesa de Alba, la dinámica en el seno familiar cambió. Su hermano Carlos, el Duque de Alba, tomó las riendas, y el que era hijo preferido de Cayetana de Alba fue apartado de la ecuación. Ahora, la empresa sigue operativa, pero bajo una nueva denominación: CDA 1430 S.L.
LA RAZÓN contactó con Cayetano, duque de Arjona, para conocer su versión de los hechos. Sereno y prudente, confirma que la sociedad original no se ha disuelto, como en algún momento se llegó a especular. «La empresa no se ha cerrado, sino que ha cambiado de sociedad para beneficiarse de ventajas fiscales. La nueva está a nombre de los hijos de mi hermano, Carlos y Fernando. Eso es todo lo que puedo decir», aclara con un tono contenido, fiel a su estilo.
Al preguntarle si el negocio experimentó un declive tras su salida, se muestra evasivo: «No lo sé, no podría decirlo. Ya no tengo nada que ver con esa Casa (la de Alba)», responde con firmeza, dejando claro que el pasado quedó atrás. Hace unos días recibió una información errónea sobre el supuesto cierre de la sociedad, y aunque en un primer momento le sorprendió, luego confirmó que no era cierto. «Aquello me pilló desprevenido, pero luego se vio que no era así. Se trataba de una información equivocada», afirma con naturalidad. Pero la pregunta clave es inevitable: si su hermano mayor, el Duque de Alba, le pidiera retomar el timón del negocio, ¿aceptaría? Su respuesta es tajante: «No es mi tema. Esa marca ya no tiene nada que ver conmigo. Además, prefiero no hablar del asunto». Un cierre cortés, pero inapelable.
Lo cierto es que Alba Fine Food no alcanzó las expectativas y el duque de Arjona confía en que sus sobrinos puedan reflotar la división gourmet de la dinastía. En una reciente entrevista con «Look», Cayetano reconoció las dificultades de este sector. «La competencia es feroz. Hay que trabajar mucho, con dedicación y con buenos profesionales», explicó. Y con cierta amargura añadía: «Al morir mi madre, todo empezó a deshacerse».
Sí, el fallecimiento de Cayetana Fitz-James Stuart marcó un antes y un después en la Casa de Alba. Si bien sus hijos nunca fueron un bloque monolítico, la Duquesa mantenía cierto equilibrio. Hoy, las relaciones ellos son frías y distantes. Entre Cayetano y su hermano Carlos prima el respeto, pero nada más. En noviembre pasado, durante la misa en memoria de su madre en Sevilla, ambos se saludaron con corrección, pero sin afecto. La imagen fue inequívoca: dos hermanos distantes, dos mundos aparte.
Eugenia y Fernando tienen una relación es más cálida, pero con el resto apenas hay contacto. La Duquesa de Alba fue el pegamento que los unió en vida, y su ausencia ha dejado un cisma difícil de reparar. Hoy, la añorada Cayetana habría cumplido 99 años. Y si algo queda claro es que, de seguir viva, el retrato familiar sería muy distinto.