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Farra y parné: la vida a la manera de «El Turronero»

El empresario sabe que vale más darse en espectáculo que consumirse. Con este mantra atrae para su negocio a los socios más guapos, ricos y famosos

Francisco Rivera, El turronero y Álex González
Francisco Rivera, El turronero y Álex GonzálezGtres

Si las casetas privadas del real de Los Remedios fueran el termómetro del nivel de contactos que tienen sus dueños, la de José Luis López Fernández, «El Turronero», habría ganado esta semana por goleada. El empresario montó una fiesta para agasajar a sus amigos aprovechando la Feria de Abril de Sevilla, donde demostró con creces su poder de convocatoria. Se paseó por el albero del real en un coche de enganches junto a dos de sus invitados ilustres, el actor Álex González y el exmatador Francisco Rivera Ordóñez. A «El Turronero», cuyo apodo le viene por sus padres, vendedores ambulantes de turrón, le gusta codearse con famosos, pero hay mucho más.

María del Monte, El turronero y Paz Padilla
María del Monte, El turronero y Paz PadillaGtres

La caseta es estos días un hervidero de caras conocidas, que van desde Paz Padilla y su hija Anna Ferrer, María del Monte e Inmaculada Casal, hasta Pedro Trapote y Begoña García Vaquero, Raquel Revuelta o Jaime Martínez-Bordiú y su mujer, Marta Fernández. Ellos y muchos más acudieron a la llamada del empresario ubriqueño, que gana enteros cada día para convertirse en famoso por derecho propio. Es una simbiosis perfecta. Su indisimulada pasión por rodearse de caras conocidas combina a las mil maravillas con el gusto con el que sus amigos famosos se dejan querer. Algunos por amistad, otros por interés.

¿Pero quién es realmente «El Turronero», el hombre que maneja la agenda de contactos más abultada del panorama de la socialité española? Su nombre cobró actualidad hace unos meses, en pleno conflicto por la paternidad de Bertín Osborne con su expareja Gabriela Guillén. Por encargo del cantante, intermedió para templar las aguas, cada vez más caudalosas, entre ambos. Además de ser uno de los hombres más ricos de Andalucía, al empresario le gusta ayudar, aunque no siempre le ha beneficiado.

En 2011 se sentó el banquillo para aclarar su participación en el juicio de la «Operación Karlos», después de presentar a María José Campanario y Jesulín de Ubrique a un implicado en la trama de la tramitación irregular de una pensión de invalidez a Remedios Torres, madre de Campanario. «El Turronero» fue condenado a dos años de cárcel por su participación en la trama de fraude a la Seguridad Social, aunque evitó la prisión por la ausencia de antecedentes. Fue uno de sus problemas con la justicia, pero no el único.

El empresario ha demostrado una especial habilidad para moverse al límite de la ley sin salir demasiado perjudicado.

"El Turronero" en la Feria de Abril de Sevilla
"El Turronero" en la Feria de Abril de SevillaGtres

En 2005 fue condenado junto a Pedro Pacheco por el caso «de la estación de autobuses». La Audiencia de Cádiz le impuso entonces un año y medio de prisión. Sin embargo, se le suspendió la condena hasta que el Tribunal Supremo, posteriormente, la rebajó de seis a dos años, considerando atenuante haber reparado económicamente el daño causado. Tuvo también que sentarse en el banquillo por una denuncia de la Agencia Tributaria. En este caso, el ubriqueño eludió la prisión gracias a que el Ministerio Fiscal rebajó la petición de cinco millones de euros a un año de prisión y más de un millón de euros de multa.

Panadero y socio de Onieva

Al margen de sus problemas judiciales, es un ávido empresario que viaja a Madrid cada semana con la idea, en algunos casos, de ayudar a las personas con necesidades y, en otros, de asociarse con ellos en negocios de lo más dispares. Se aloja para ello en uno de los hoteles de más renombre de la capital, donde «atiende» como si de la consulta de un médico de prestigio se tratase. Buena cuenta de ello puede dar Domi Vélez. «El Turronero» se asoció con este panadero lebrijano tras obtener el título de «Mejor Panadero del Mundo» en 2021 para montar una cadena de panaderías con panes especiales. Su producto estrella: el pan azul de masa madre y trigo sarraceno, que no engorda.

Íñigo Onieva, ‘El Turronero’ y Espinosa de los Monteros
Íñigo Onieva, ‘El Turronero’ y Espinosa de los Monteros Gtres

Pero no todos sus socios son tan anónimos. Su último proyecto de futuro viene de la mano de uno de los nombres más ilustres de la prensa del cuore, Íñigo Onieva. El ubriqueño será socio próximamente del marido de Tamara Falcó en un negocio hostelero que ambos piensan comandar en Madrid. Llamarán al nuevo restaurante «Las Salesas» y está previsto que abra sus puertas en la calle Felipe VI de Madrid. Un ambicioso plan para el que los VIPs de la capital no tendrán que esperar mucho, ya que lo inaugurará antes de verano. En la sociedad ambos compartirán protagonismo con otros dos amigos ilustres de El Turronero, el exportavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, y el exsocio de Rafa Nadal, Manuel Campos. Otro ilustre al que se ha asociado es Dimas Gimeno. Junto al expresidente de El Corte Inglés, montó Wow, una novedosa tienda de moda ubicada en Gran Vía, con planes de expansión fuera de España.

Aparte de empresarios, también frecuenta a los actores. Junto a Antonio Banderas se le vio hace unos días en Ubrique. El artista malagueño visitó la Fundación López Mariscal, que preside «El Turronero», y publicitó el encuentro a través de la web. Según informaba la fundación, se reunieron para hacer negocios juntos dado el interés del empresario en invertir en asuntos comunes, como la hostelería, el mundo del espectáculo en el que Banderas también participa en Málaga o el Teatro del Soho.

El empresario pirolítico

«El Turronero» se hizo rico con el mundo de los seguros y apuntaló su fortuna con la inversión en bienes inmobiliarios. Hoy, además de esas dos vetas de negocio, es un emprendedor que invierte en todo lo que ve oportunidad de hacer dinero. Un ejemplo de ello es el negocio al que se ha lanzado hace apenas un mes: la valorización material de residuos. Para ello creó el pasado 13 de marzo Hintes New Pro SL, una sociedad dedicada a la «puesta en marcha y explotación de plantas de producción de aceites de pirólisis y la fabricación de combustibles». La sociedad de López se adentra en el negocio del aceite pirolítico, también conocido por su nombre anglosajón: «green oil». El nuevo negocio consiste en la obtención de bioaceite a partir del aprovechamiento de los residuos (fundamentalmente plástico) cuyo destino es el vertedero. A partir de ahí, los desechos son sometidos a un proceso de pirólisis, es decir, a un tratamiento térmico a muy alta temperatura en ausencia de oxígeno, mediante degradaciones químicas. Con esta innovadora técnica se consigue el aceite pirolítico, de uso en hidrocarburos, aceites refinados y de aplicación en biocombustibles para la generación en energía térmica y eléctrica. La sociedad está presidida por su hija Mari Carmen, que figura como administradora única.

Un último proyecto tiene que ver también con la capital. El empresario ubriqueño prepara su proyecto más ambicioso apadrinado por Miguel Ángel Gil Marín, CEO del Atlético de Madrid. Se trata de un súper complejo comercial y de ocio junto al estadio Cívitas Metropolitano, en el madrileño barrio de Canillejas. El proyecto se plantea como una gran inversión y nace con vistas a convertirse en uno de los complejos comerciales de referencia en España. Su capital social acumula 19,2 millones euros. Un ejemplo de solvencia.

Una historia de amor que perdura

José Luis López 'El Turronero' se pronuncia tras la demanda de Gabriela Guillén a Bertín Osborne
José Luis López 'El Turronero' se pronuncia tras la demanda de Gabriela Guillén a Bertín OsborneEuropa Press

El empresario andaluz, que celebró su 60 cumpleaños el verano pasado con una fiesta multitudinaria que se cuantificó en dos millones de euros, está casado con Carmen Mariscal, ubriqueña como él. La conoció cuando eran niños y llevan 41 años de matrimonio. Dos años después de su boda, nació su primera hija, María, y en 1987 llegó al mundo su hijo Pepe. Carmen es uno de sus pilares también en sus labores como filántropo. A pesar de su humilde origen, el empresario se ha acostumbrado a la crónica social y es habitual verle con pantalones pitillo, camisa ajustada y varias pulseritas en la muñeca. En una carta que ha dejado publicada en la web de su fundación declara que está convencido de que apoyar el tejido social trae consigo un mundo mejor. «Ha llegado el momento de devolver a la vida todo lo que generosamente ha dado», escribe.