Entrevista

Hablamos con Borja Luna: "Gracias a que me ven sexy, trabajo más"

La serie "Respira" le ha lanzado a la fama y él sabe que es porque corta la respiración. Hablamos de amor y proyectos

El actor Borja Luna
El actor Borja LunaCedida

A Borja Luna (Madrid, 1984) la profesión le están devolviendo lo que lleva invertido más de dos décadas, de entrega, compromiso y buena energía. Entre otros proyectos, el madrileño regresa este 31 de octubre con la segunda temporada de «Respira» la esperadísima serie de Netflix en la que un esforzado equipo médico vuelve a intentar salvar vidas, ahora desde un hospital privado: «Esta nueva entrega se centra más en conocer a los personajes -arranca Borja-, nos va a poner en situaciones de dilema moral, asoma la miseria y la grandeza del ser humano, lo cual es bonito. Mi hermano José Luna -que forma parte del grupo ‘Sexy Cebras’ con mi otro hermano Jesús-, me ha ayudado a entender la vida de esta manera. Siempre me dice «todo el mundo va al límite de su capacidad”, que viene a ser que hacemos lo que podemos». Quédense hasta el final. Les aseguro que la empatía y el buen rollo de Luna son contagiosos.

«Respira» nos dejó atrapados hace un año con la impactante revelación de la enfermedad de Patricia (Najwa Nimri), con la que tiene un romance en la serie. ¿Hasta qué punto el amor y las pasiones siguen siendo ejes fundamentales esta segunda entrega?

Todos estamos condicionados por lo que amamos y los personajes de esta serie aman mucho y muy fuerte.

Comparte serie con tres excelentes actrices: Aitana Sánchez-Gijón, Nawja Nimri y Blanca Suárez. ¿Qué cualidad destaca de ellas?

Aitana tiene un corazón gigante y tierno y trata de alcanzar la perfección constantemente. Nawja es un huracán que da y saca lo mejor de todos. Y Blanca lo hace todo con una sencillez y una facilidad que parece que no le cuesta. Me fascina por dónde deja pasar la emoción de sus personajes.

En el reciente South Festival, en Cádiz, fue emocionante ver cómo ha calado en la audiencia su personaje del doctor Néstor Mora, ¿cuál es la gran curiosidad de los fans de «Respira»?

Siempre me preguntan si nos vamos a enrollar Nawja y yo, porque se ha generado una tensión muy fuerte. Y luego hay gente que se me acerca con mucho respeto hacia mi trabajo como actor, algo que hasta ahora no me había pasado. Pese a tantos años de carrera, es la primera vez que un personaje mío trasciende tanto.

Esta segunda entrega también se incorporan Gustavo Salmerón, Rachel Pascal o Macarena Rueda, y un nuevo cirujano, papel que interpreta Pablo Alborán. ¿Algún titular sobre el debut del cantante almeriense?

Tiene una energía preciosa, da la sensación de que somos amigos, se ha acercado manifestándonos como si no supiera nada pero este hombre sabe tantísimo de comunicar y de entregarse. Le miro y le digo que quiero ser como tú y él me dice lo mismo. Parece que ha nacido para esto. Sobre los otros compañeros, a Macarena, que estaba en la primera entrega, da gloria verla porque conecta muy bien con el público. Gustavo Salmerón es un regalo, justo ayer estuvimos entrenando juntos calistenia y es aire fresco para la serie. Y Rachel es una compañera exquisita.

Lleva dos décadas en series como «Yo soy Bea», o ficciones exitosas, como «Las chicas del cable». ¿Se está convirtiendo en el actor que quería ser?

Por primera vez me estoy dando la oportunidad de ser libre, dejar que mi voz resuene y no hacer caso tanto a lo que me piden, me estoy permitiendo esa desobediencia, escuchar esa voz interior que te dice por dónde tienes que avanzar, en parte también a los productores de la serie.

Tras interpretar a un oncólogo en «Respira», ¿es más consciente de la situación de nuestra sanidad?

Ya lo había visto como ciudadano y paciente, que hay cada vez hay más demoras, menos inversión. Una vez que profundizas, ves el drama de los trabajadores sanitarios, que hacen todo con mucho amor y con pocos medios, es insultante.

Es conocida su pasión por los caballos. ¿De dónde le viene y hasta qué punto es asequible económicamente esta afición?

Esta afición viene desde que recuerdo, pero soy un niño de ciudad y uno piensa que el caballo es para gente con pasta. La vida me ha ido regalando amistades que me han reglado tiempo a caballo. Durante una temporada que estaba hecho polvo, también en lo económico, Óscar, que es como un hermano para mí, y la gente de Centro Hípico de los Ciruelos, me dieron un lugar con ellos. Durante un año, me pasaba el día con los caballos, me daban tareas… Más adelante, con un amigo gallego empecé a compartir dos yeguas y ahora le ayudo a entrenar caballos árabes. Si estás dispuesto a adaptarte, lo de los caballos te puede salir gratis, como a mí (risas).

Por su trabajo, es fundamental una forma física óptima. ¿Se cuida tanto como parece o es genético?

Eso me dice mi primo, que tengo una genética buena. Mis tres hermanos y yo hicimos judo y hasta la adolescencia practiqué mucho ciclismo, he jugado a todo lo que he podido e hice interpretación corporal, danza, esgrima... Ahora, con el caos del trabajo, me cuesta tener disciplina.

¿Le preocupa la etiqueta de actor sexy?

Si acaso me ocupa, como actor debes resultar sexy y atractivo, porque rezuma salud, inteligencia y poder, en el mejor sentido de la palabra. Si entienden que soy sexy pues es un gran adjetivo, gracias a que me ven sexy trabajo más. Así que todo es bueno.