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Injusto recuerdo

Isabel Preysler, vista en Perú como la gran vergüenza de Mario Vargas Llosa

Se la culpa de todo lo que pasó entre el escritor y su esposa, Patricia Llosa. Una visión muy machista que exculpa al Nobel de sus decisiones

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler Gtres

Este lunes 14 de abril se ha decretado luto nacional en Perú por la triste muerte de uno de sus grandes referentes culturales: Mario Vargas Llosa. El escritor ha perdido la vida a los 89 años a consecuencia de una neumonía, tan solo dos semanas después de celebrar su cumpleaños. Ha muerto en Perú, en su país natal, al que regresó tras poner punto y final a sus años felices en España, donde disfrutaba de sus días en compañía de su amada, Isabel Preysler.

Pero lo suyo se fue al traste de manera inesperada y él regresó a brazos de su exmujer, Patricia Llosa, que le perdonó todo sin rechistar. Ahora, en Perú se la ensalza por su fiel compromiso, mientras que a la filipina se la condena y se le considera como una imperdonable mancha en el inmaculado historial del premio Nobel de Literatura. Un desliz que quería eliminar de su currículo amoroso que, sin embargo, ocupan 8 destacados años de su vida que quedaron muy bien registrados por capítulos en la prensa del corazón a la que terminó siendo afín.

Peru's Nobel Literature Prize laureate Mario Vargas Llosa and his wife PatriciaClaudio Bresciani / SCANPIXAgencia AP

Isabel Preysler, el peor error de Mario Vargas Llosa

En Perú, como sucede también ahora en España y otros países donde la figura del escritor era relevante, se está desgranando su vida y milagros. Se ensalza su trabajo y su fructífera obra, pero también se analiza con lupa sus amoríos. Se habla de Julia Urquidi Illanes, escritora boliviana con la que se casó en 1955 hasta que 9 años después rompiesen. Después llegó Patricia Llosa, madre de sus tres hijos y fiel compañera de vida desde 1965 hasta su muerte, con un receso en su camino de 8 años, en los que la protagonista de la historia fue Isabel Preysler. Para bien o para mal. Y es que hay muchos que le guardan el peor de los recuerdos, especialmente en la prensa peruana.

Más allá de la escritura, Mario Vargas Llosa se hizo notar en su país por sus aspiraciones políticas. No llegó a cuajar, pero forman parte de su legado. Pero también ha sabido nutrir las páginas del papel cuché, donde ahora el nombre de la madre de Enrique Iglesias y Tamara Falcó suena con fuerza. También con polémica y cierto rencor. Su separación de Patricia Llosa conmocionó la opinión pública y fue tratado casi como un problema de Estado, pues llevaban juntos 50 años cuando la filipina entró en juego. Pudieron arreglárselas y disfrutar de los últimos años juntos, pero les ha sabido a poco.

El escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa (d), y su pareja, la socialité hispano-filipina Isabel Preysler MARISCALAgencia EFE

Tras romper con Isabel Preysler y terminar muy mal avenidos, él regresó a Lima junto a su familia. Lo hizo como si nada hubiese sucedido, dedicándole su última novela a Patricia, el amor de su vida y de la que nunca llegó a separarse legalmente. Es por eso que para todos siempre será su mujer, mientras que Isabel Preysler tan solo un manchón que le nubló el juicio y le hizo perder la razón. Suena machista, posiblemente lo sea. Una postura en la que se condena a la socialité por seducir al escritor que, al parecer, fue víctima de un embrujo amoroso. Por fortuna recobraría el buen juicio, logró escapar de su presunto cautiverio en una jaula de oro en Madrid, para después regresar a Lima con su familia. Un final feliz, si no fuese por lo injusto de la narrativa en Perú. Por mucho que se respete al Nobel, uno de sus grandes referentes culturales, no dejó de ser un ser humano con sus inquietudes y deseos carnales que le hizo aparcar su matrimonio. Una decisión libre, por supuesto.