Opinión

Mathew Perry: siempre se van los mejores

"Chandler podía ser tu mejor amigo tranquilamente, no te podía caer mal. Y, de todos, precisamente, se tenía que morir él"

Actor Matthew Perry arrives for the Vanity Fair after-party at Morton's, Melrose Avenue in Los Angeles, following the 76th Academy Awards.
Actor Matthew Perry arrives for the Vanity Fair after-party at Morton's, Melrose Avenue in Los Angeles, following the 76th Academy Awards. Myung Jung KimDPA vía Europa Press

Que muera Matthew Perry es como perder a un amigo al que hace mucho que no ves pero al que te une un gran cariño. Un primo mayor que vive fuera, el hermano pequeño de tu padre al que casi no ves pero que de pequeño te hacía reír y te consentía, el vecino simpático de aquel edificio al que nunca has vuelto desde que os mudásteis. Algo así. Hay gente que no debería morirse nunca y Chandler Bing es (era) uno de esos. Porque hay gente que, de morirse, nos recuerda que todos lo haremos algún día. Que es algo que, aunque lo sabemos, preferimos que no nos lo recuerden. Ignorar ese axioma nos permite vivir sin pensar que las cosas no tienen mucho sentido. Que muera alguien mayor (muy mayor), o enfermo (muy enfermo), es algo asumible.

Jennifer Aniston, Brad Pitt, Courteney Cox, Matthew Perry y Lisa Kudrow en un capítulo de 'Friends'
Jennifer Aniston, Brad Pitt, Courteney Cox, Matthew Perry y Lisa Kudrow en un capítulo de 'Friends'larazon

Pero que muera alguien joven, que nos cae bien y en circunstancias accidentales, o con apariencia de evitables, produce un desasosiego complicado de manejar. Además es que Chandler nos caía bien a todos. Porque Ross podía parecerte un pedante inaguantable; Joey, un poco tonto; Monica, una neurótica insoportable; Rachel, una pija caprichosa y Phoebe, demasiado disparatada. Pero Chandler podía ser tu mejor amigo tranquilamente, no te podía caer mal. Y, de todos, precisamente, se tenía que morir él. Que no es que yo prefiera que se muera otro, mejor que no lo haga nadie, aunque me parece una opción poco práctica porque, de no morir nadie, no sé qué haríamos para caber todos en el planeta. Pero pongamos por caso que no hay problemas de espacio ni de abastecimiento. Ahí, a tope con la inmortalidad universal. Pero, mientras tanto, si hay que morirse, no me parece tan mal plan hacerlo en un jacuzzi. Mejor morir a lo Perry que a lo Carradine. Que luego tienen que encontrarte.