
Gallego de adopción
Richard Gere y Alejandra Silva compran por 10 millones de euros una villa en Galicia
Se trata de una casa con historia y vistas infinitas al Atlántico en la tierra natal de su mujer

Richard Gere, icono de Hollywood y eterno galán de la gran pantalla, acaba de sumar un capítulo inesperado a su vida: se convierte en vecino de Galicia. A sus 76 años -los cumplió el pasado domingo- el actor ha comprado por unos 10 millones de euros una casa histórica con vistas al mar en Santa Cristina, a pocos kilómetros de La Coruña, la ciudad en la que creció su mujer, Alejandra Silva. La exclusiva la adelanta "Semana", que confirma que la propiedad pasará a formar parte del refugio familiar del matrimonio.
La historia de esta adquisición está teñida de raíces. Desde que Gere y Silva unieron sus vidas en 2015, el actor ha demostrado que su lugar está donde ella esté. Vendió su mansión de Connecticut, se instaló en Madrid "por amor" y ha hecho de la familia Silva, numerosa y muy unida, un segundo hogar. Alejandra, nieta de Rosendo Silva y Celia García Anca, pasó su infancia en La Coruña, donde sus abuelos construyeron en los acantilados de Bastiagueiro siete casas para mantener a toda la familia unida. Veranos, reuniones y memorias que el intérprete conoció de primera mano y que, según quienes le rodean, le hicieron enamorarse de la zona tanto como de su esposa.
Flechazo
El flechazo con Galicia fue inmediato. El actor disfrutaba del mar, de las comidas en familia y de ese carácter abierto que define a los Silva. No es casualidad, entonces, que haya buscado una casa a la altura de esas vivencias. Y la encontró en Santa Cristina, justo al lado de Bastiagueiro, la playa que vio crecer a Alejandra. La villa adquirida, construida en los años veinte, posee un cenador blanco frente a un pinar centenario, piscina de época en forma de riñón y acceso directo al arenal. Un enclave discreto y cargado de historia que hasta ahora pertenecía a la familia Aler, conocida en la zona.

La compra no ha sido sencilla. El matrimonio Gere-Silva tanteó otras propiedades, como una casa de los Quiroga, pero la descartaron por carecer de vistas al mar. La oportunidad apareció en la finca de Santa Cristina, donde, según fuentes próximas a la operación, Gere se enamoró del paisaje y del carácter íntimo de la casa. No en vano, desde la playa, los vecinos están acostumbrados a ver la silueta de la propiedad recortada contra el Atlántico.
La localización no podría ser más simbólica: la casa está a escasos metros de la finca de los Silva. De hecho, cuando la marea baja, se puede llegar andando por la arena. Una proximidad que asegura que Gere y Alejandra podrán seguir celebrando los tradicionales encuentros familiares, ahora con la comodidad de su propio refugio.
Santa Cristina, antaño epicentro del ocio nocturno coruñés, vive hoy un renacer tranquilo: un paseo marítimo renovado, un parque familiar y un ambiente residencial que, con la llegada de un vecino tan célebre, promete revalorizarse. La villa de Gere será, a partir de ahora, un punto más en el mapa sentimental de Galicia, donde Hollywood y las raíces gallegas se dan la mano frente al océano.
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