Tamara Gorro, entre lágrimas por la pérdida más dura: "Así, sin avisar, te marchaste…"

Tamara Gorro ha compartido una de las noticias más dolorosas de su vida personal. Con un mensaje sincero, íntimo y profundamente emotivo, la colaboradora televisiva ha anunciado la repentina muerte de su perro "Negrito", un Pomerania que llevaba a su lado desde 2016 y que, según sus palabras, se ha ido "sin avisar".

La pérdida ha dejado completamente desolada a la influencer, que no ha dudado en abrir su corazón ante sus más de dos millones de seguidores en Instagram. "Mi bebé. Así, sin avisar, te marchaste…", comienza el mensaje que acompaña a una emotiva selección de fotos del animal junto a Tamara y sus hijos, Shaila y Antonio.

Uno más de la familia

La historia de Negrito no es solo la de una mascota, sino la de un vínculo nacido en uno de los capítulos más importantes de la vida de Tamara. Fue en 2016, cuando vivía en Rusia con su entonces marido, el futbolista Ezequiel Garay, que militaba en las filas del Zenit de San Petersburgo. Fue allí donde Negrito llegó a sus vidas, y rápidamente se convirtió en un miembro más de la familia.

"Nunca olvidaré cuando te cogimos por primera vez viviendo en Rusia, alegre, juguetón y muy mimoso", recuerda Tamara con ternura. Y continúa: "Desde ahí te convertiste en nuestro león favorito. Nos dejas un vacío muy grande, mi querido negrito".

Según cuenta, la pérdida ha sido repentina y ha golpeado duramente a toda la familia. "Tu hermanito Chigu está tremendamente triste, tus niños solo lloran y te quieren ver… y yo, yo estoy en shock", confiesa.

A pesar del dolor, Tamara encuentra espacio para una reflexión sincera: "La muerte forma parte de la vida, lo sé… pero joder, cómo duele". Su mensaje final, cargado de amor y despedida, remata un homenaje desgarrador: "Mi bebé, vuela alto. Siempre estarás con nosotros. Te amamos, Negrito".

La tristeza de este adiós se suma a una etapa compleja para la influencer, que recientemente ha publicado su libro "Ahora vuelvo a vivir", en el que relata con crudeza sus luchas contra la depresión y pensamientos oscuros. Una vez más, Tamara se muestra sin filtros, recordando que, incluso en los momentos más públicos, el dolor privado sigue teniendo un lugar muy real. Y en su caso, ese dolor hoy tiene nombre: Negrito.