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Entrevista

Hablamos con Roberto Verino: "Armani seguirá presente tras su muerte; espero que me ocurra lo mismo"

El diseñador, que acaba de presentar nueva colección, reflexiona en LA RAZÓN sobre el futuro de su firma y la elegancia de la sencillez a la hora de vestir

El diseñador Roberto Verino Javier Márquez

La histórica Casa Gallardo de la capital acogió ayer, en el marco de Madrid es Moda, la presentación de la nueva colección de otoño-invierno de Roberto Verino. Con el propio diseñador como anfitrión, los invitados descubrieron piezas que reafirman la sobriedad como marca de la casa, aunque con una innovadora apuesta por el espíritu inconformista que marcó la moda de los 90. Minimalismo y rebeldía; sobriedad y riesgo medido. Un equilibrio al que sólo se llega desde la madurez creativa y la convicción de que el estilo nace del interior. “Hoy más que nunca hay que mirar dentro. La verdadera elegancia viene de ahí, de esa luz propia que no necesita artificios. Esa es la moda que me interesa”, explica a LA RAZÓN.

-¿Cuál es la tónica general de esta colección?

He sido defensor del traje masculino desde que comencé mi andadura porque estaba convencido de la aportación que podía hacer al mundo femenino. Eso es algo que se puso en práctica desde YSL y que nuestro querido maestro Armani llevó a todos los niveles. Las mujeres han tomado puestos de importancia y es una forma de ayudarlas a que se sientan guapas, así que le he dado mucha importancia al traje femenino en esta nueva colección. Tejidos de calidad, cortes sencillos y colores no estridentes, que permiten al consumidor construir un armario que, con el paso del tiempo, se seguirá poniendo.

Presentación de la nueva colección de Roberto VerinoRV

-La moda tiende a buscar inspiración en otras épocas, en su caso, en los 90. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

Yo no diría eso, de hecho soy bastante optimista respecto al futuro. Lo pasado, pasado está. Es verdad que hay tendencias que pueden evocar a otros tiempos, pero tampoco es que yo sea un fiel seguidor de las tendencias. La moda no puede tiranizar a las personas, sino ayudarlas a sentirse mejor con ellas mismas. Esa sensación lleva a enfrentarse a lo cotidiano con mayor energía. Insisto en que debemos evitar el disfraz y mostrar nuestra verdadera luz, por eso siempre digo que intento vestir el alma de las personas. Eso es algo que caracterizó la moda de los 90 y que yo quiero actualizar para recordar a todo el mundo que hay que disfrutar de la moda, no sufrirla.

-¿Es más importante elegir un buen look para todos los días o para una gala?

Te tienes que ver bien todos los días. Lo importante está en la cotidianidad. Por eso, yo no pretendo vestir a todo el mundo, sino a una inmensa minoría, poniendo la sencillez y la funcionalidad al servicio del consumidor.

-Autenticidad, luz interior… Son conceptos muy abstractos. ¿Cómo se aplican en decisiones concretas de diseño?

Lo más importante es elegir materias de calidad que sean capaces de perdurar en el tiempo. La ropa tiene que adaptarse al cuerpo, no al revés, y eso solo pasa con un buen producto. De hecho, hay materiales que, con el paso del tiempo, se ven más bonitos que cuando se han usado por primera vez. En este sentido, es vital que nos aceptemos y entendamos qué es lo que de verdad nos conviene sin que se nos imponga. Es un ejercicio que todos deberíamos poner en práctica para no ser víctimas de las tendencias. ¿Quién decide lo que se lleva y lo que no?

El traje femenino es clave para Roberto VerinoRV

-¿Está acabando el fast fashion con esos valores que defiende su moda?

Últimamente está muy de moda lo de la sostenibilidad y a todo el mundo se le llena la boca. Lo que se comercializa en la industria low cost es solo una cuarta parte de lo que se produce. Eso es un malgasto de recursos y materiales increíble, y una falta de ética y moral. Es incompatible que una camiseta cueste cuatro euros y que la gente que haya intervenido en la producción haya sido bien tratada. Es una hipocresía muy grande.

-¿Es difícil defender la sobriedad en una industria que, sobre todo en los últimos años, parece tender más a lo extravagante?

Claro que es difícil. En ese sentido, lo que me pongo es un corsé. Defiendo unos valores, una ética y una estética por los que no me vale todo. Estoy contento con lo que hago y mi objetivo final no es multiplicar resultados. Hay otras cuestiones que son prioritarias para mí, como que el consumidor disfrute de lo que le ofrezca. Por fortuna, tengo muchos consumidores que son fieles desde hace años y, gracias a ellos, sigo convencido de no decir a la gente lo que tiene o no tiene que llevar.

Verino apuesta por la defensa de la elegancia sencillaRV

-Usted apuesta por el menos es más, ¿no es así?

Yo apuesto por buscar la belleza no solo exterior, sino también interior. Esa es la verdadera elegancia, la elegancia sencilla que tanto defendía Armani también. Por desgracia, ha fallecido hace poco y nos han llenado a todos de tristeza y pena, porque sus valores nos han inspirado a todos. Ha sido una noticia difícil de digerir, si te soy sincero.

-En este contexto, ¿cómo ve el futuro de Roberto Verino como firma?

Con mi nieto, Iago Jover, director de Innovación de la casa, estamos implementando la inteligencia artificial no para acabar con los antiguos oficios de la moda, sino para mejorarlos. Su incorporación ha sido un chute de energía, entusiasmo y convicción. La historia de la moda y de la alta costura ha dejado claro que las grandes figuras, cuando han fallecido, su marca no ha ido a menos, sino a más. Así ha pasado con Armani, que seguirá estando presente en la vida de todos nosotros, y espero que me ocurra lo mismo. Detrás de mí, hay una marca creíble, respetada y querida, y espero que eso permita que mi legado siga vivo, al menos, 40 años más.