
Opinión
El diario de Amilibia: Feijóo y las parábolas
Algunos teólogos proponen que, mejor que cualquier programa o ponencia, lo más práctico sería que Feijóo se dirigiera al pueblo con parábolas, tan amenas y didácticas

Parece que el voto de los ciudadanos depende del grado de cabreo, aunque pudiera suceder que el exceso de escándalos anestesie parte del cabreo y aparezca al temido escepticismo: "este país no tiene arreglo". No hay pruebas de que los ciudadanos se preocupen de analizar concienzudamente los programas electorales ni los sermones de los congresos. Sin embargo, Feijóo se empeña en el "rearme moral". Quiere llegar a la Moncloa y salvarnos del infierno sanchista por el Camino de Santiago.
Leo: "Moncloa no teme que sus socios (PNV y Junts) se alíen con el PP". Ahí no vale la moral. Los socios del Apolo de la Moncloa son Rexona, el desodorante que nunca le abandona. ¿Con quién van a yacer y gozar más a gusto, con la andorga llena y toda su lascivia satisfecha? Pedid y se os dará.

Si de salvarnos se trata, algunos teólogos proponen que, mejor que cualquier programa o ponencia, lo más práctico sería que Feijóo se dirigiera al pueblo con parábolas, tan amenas y didácticas. Por ejemplo, la parábola del buen sembrador, para todo lo que el Apolo reparte entre los separatas; la del buen pastor, para la protección que el Apolo ofrece a sus ovejitas y borregos familiares; la del buen samaritano, para lo de Ábalos y sus sobrinas; la del trigo y la cizaña, para hablar de Leire Díez y la UCO; la del hijo pródigo, para atraer al descarriado socialdemócrata; la de la oveja perdida, para hablar de Vox sin citar a Vox.
Y la parábola de los talentos, para Marisú y sus impuestos. Le queda la del juez injusto y la viuda insistente para Conde-Pumpido, el Puchi y la amnistía, y el mito de la luz al final del túnel para prometer que cuando llegue al poder conoceremos la causa del apagón. O así.
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