Opinión
El diario de Amilibia: La Yoli es más rubia a medida que asciende
También Nadia Calviño es más rubia a medida que crecen sus ambiciones
Y la Yoli se fue a Bruselas enfundada en su último modelo de presidenta adjunta de España y el PSOE nos cuenta el bonito cuento de que viajó por su cuenta y riesgo, oh, qué osada, pagándose ella misma el avión, el hotel, los mejillones con patatas fritas que se tomó en un pub local y la botella de cava gran reserva brut imperial para brindar con Puchi por la investidura. Los analistas coinciden en que Él ya no la tiene tan dura, y todo gracias a la Yoli: qué no conseguirá ella remoloneando coqueta junto al Molto Honorable Pròfug, riéndole las gracias, mostrándole las suyas, toqueteándole el brazo que en su día levantará el Perro Sanxe en el balcón de la Generalitat para que el Molto Honrable Pròfug pueda gritar “¡ja sóc aquí!”.
Escribe Cayetana Álvarez de Toledo: “Todavía no he aprendido a ser moderadamente constitucionalista ni moderadamente libre ni moderadamente rubia”. Ay, no tiene madera de presidenta adjunta. La Yoli es más rubia a medida que asciende, o sea, que un día no muy lejano será rubia platino, como Jean Harlow, a la que Howard Hughes convirtió en la rubia reina. También Nadia Calviño es más rubia a medida que crecen sus ambiciones: ahora quiere la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, con un sueldo anual de 400.000 euros, leo. Para alcanzarla, dicen, tiene que declararse “pronuclear”. Yo me declararía hasta machirulo por un sueldo así: al fin podría viajar a las Seychelles sin esperar a que se estire el Imserso.
Mi ingenua amiga Carlota imaginaba que la Yoli, reconvertida en la Farrah Fawcett de “Los Ángeles de Charlie”, viajaba a Bruselas para detener al prófugo. Pobre, qué chasco.
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