El difícil anonimato de Ana Rodríguez Mosquera, exmujer de José Bono

Ana Rodríguez Mosquera, de 66 años, siempre ha sido una mujer tan bella como discreta. La matriarca del clan lleva ya unos años apartada de la vida pública. Atrás quedan esas épocas en la que su trabajo para la marca Tous le hacía ir de photocall en photocall. O cuando decidió lanzar una línea de belleza para pieles delicadas como la suya o cuando hizo la promoción de su libro: «La perfecta divorciada», donde sí empezamos a verla en tertulias contando su experiencia de casi tres décadas de matrimonio con José Bono.

Actualmente, Ana Rodríguez está ante todo muy cuidada. Viaja mucho y siempre de la mano de su familia o su círculo íntimo de amigas que gestó cuando su marido era presidente de Castilla-La Mancha y de cuya mano ella dio el paso de mudarse de Toledo a Madrid, cuando Sofía era aún menor de edad. Goza del cariño incondicional de sus cuatro hijos y de los mimos de los cuatro nietos que le ha dado Amelia de su matrimonio, ahora roto, con Manuel Martos, y de la hija de Ana, que ejerce de madre soltera de una pequeña con la que comparte nombre.

Las hijas de la que fue señora Bono son las encargadas de postear a su madre en redes sociales y llenarlas de halagos hacia su progenitora. Así ocurrió el pasado 22 abril, cuando celebraron el 66 cumpleaños de Ana en la casa madrileña de Amelia, que aún comparte con Manuel Martos. Una celebración casera que huía del boato y buscaba ese momento íntimo de la matriarca con dos de sus hijas. «¡Mami, muchísimas felicidades. Eres mi referente. ¡Qué suerte tengo de tenerte. Sin ti las cosas no habrían sido posibles. Aparte de lo buena persona que eres, nos alegras siempre con tu energía. ¡Mami, gracias por tanto! Te adoro y te necesito siempre. Vamos a celebrarlo como tú solo sabes», escribía Amelia en su perfil de Instagram. De fondo, su madre, impecable y rejuvenecida con un jersey amarillo que la hacía brillar frente a sus propias hijas, haciendo imposible ese anonimato que las circustancias le imponen.

Bono, por su parte, desde que Ana rompió su relación con el empresario mexicano Ernesto Manrique en 2016, mantiene una fluida relación con su ex. Tanto es así que ahora ella tiene un nuevo destino para disfrutar de la familia. Si antes pasaba temporadas en República Dominicana, ahora lo hace en Tánger con su exmarido, sus hijos y sus exparejas. Una familia que se separa una y otra vez pero que siempre siempre sigue unida. Es la fórmula que también ha seguido con Manuel Martos y que permite la felicidad de los hijos en común de la pareja. Como siempre dice Ana: «Lo que pasa es que yo soy muy positiva y siempre estoy abierta al amor y al cariño venga en el formato que venga».