Salud mental
Elon Musk desvela cuáles fueron sus peores enemigos en el pasado
Hubo un tiempo en el que el magnate, que ahora cree dominarlo todo, no pudo doblegar a sus propios demonios
Elon Musk es el hombre más rico del mundo, pero su fortuna de 238.000 millones de euros, según Forbes, no es suficiente cuando atenaza el mayor enemigo del hombre en la sociedad actual, su propia cabeza. Es poderoso, hábil emprendedor, polemista incansable, visionario, irreverente una especie de superhombre con aires de estrella de punk. ¿Quién pensaría que en algún momento pudo sentirse atrapado por sus propias dudas existenciales?
Por primera vez, Elon ha relatado que vivió una crisis existencial con doce años. Este episodio, sin duda uno de los más amargos de su biografía, despertó en él dudas sobre si quería continuar viviendo. La confesión ha tenido lugar durante el foro Deal Book Summit 2023, un evento organizado por New York Times que reúne a líderes empresariales de todo el mundo.
El jefe de Tesla, X (Twitter) y Space X recordó que en aquella etapa de su adolescencia llegó a tener pensamientos suicidas después de plantearse la utilidad de la vida, la razón de existir e incluso la posibilidad de acabar con todo. Fue una época intensa que llenaba con lecturas religiosas y filosóficas en las que los interrogantes sobre el sentido de la vida eran recurrentes. El empresario cree que estos textos le abocaron a una depresión de la que, afortunadamente, salió.
Admite que, todavía hoy, a veces siente que su mente se parece a una "tormenta muy salvaje", debido a la avalancha de ideas que se le vienen encima. Y no considera que sea una tormenta demasiado feliz. "Creo que hasta cierto punto nací así, pero, francamente, eso se vio amplificado por una infancia difícil", confesó. Hay que recordar que el magnate multimillonario tuvo unos primeros años muy desdichados, con un padre complicado que golpeaba a su madre. También a él le insultaba. Según se desprende de las imagénes que publica en sus redes sociales, los recuerdos infelices no han empañado la magnífica relación con su madre, la modelo y nutricionista canadiense Maye Haldeman.
A la vista de quién es Elon Musk y qué lugar ocupa en el mundo, se diría que, además de aprender a convivir con sus fantasmas, los explotó con fines claramente productivos.
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