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Moda

El "new look" de Cerdán (con gafas de madre) y de Ábalos, en camiseta y con New Balance de padre

Hay motivos ocultos en sus estilismos acordes con el camino que quieren tomar

Santos Cerdán en su domicilio Rodrigo JimenezEFE

La bragueta abierta es el principio del fin, «el primer paso en el camino cuesta abajo hasta el fondo del mundo», escribió Paul Auster en su novela «Baumgartner». «Bragueta abierta, pájaro muerto», debió haber advertido alguien al exministro Ábalos mientras su partido predicaba moral feminista. Ahora dice que se siente usado por Santos Cerdán y Koldo García: «Soy un gilipollas, el imbécil de todo esto».

Habla con tono de tragedia griega. Y si imborrables son sus palabras, más aún su reinventada imagen, pura caricatura de sus circunstancias. Camiseta, vaqueros, zapatillas y el rostro desencajado. Así se presentó ante los medios de comunicación poco después del registro de su vivienda por parte de la UCO. Quien pierde el control de su vida se compra un pantalón de chándal, pensaba Karl Lagerfeld. No es chándal, pero como si lo fuera. Ábalos aprendió esta lección del gran diseñador y también aquello de que «una apariencia respetable hace que la gente se interese más por tu alma». Mejor dejar que su alma duerma una bonita siesta.

Si Ábalos le tomó el símbolo de la derrota, Santos Cerdán ha preferido emularle con las gafas de sol negras con montura de pasta, el accesorio insignia con el que se permitía ver el mundo más bello y rejuvenecido. Nombrar al Káiser de la moda para hablar de la imagen de estos dos luciferes expulsados del paraíso es apuntar demasiado alto. Las suyas son, sin ofender, más de señora. Ábalos y Cerdán se encontraron el día que se pintaron los labios, metafóricamente hablando, con ganas de comerse el mundo. Ahora se han reencontrado en la caída, pero viven momentos muy diferentes y lo transmiten en sus estilismos.

Santos Cerdán en las inmediaciones de su domicilio Rodrigo JimenezAgencia EFE

A las enormes gafas de sol del exsecretario de Organización del PSOE la psicología le dará varios significados más allá de su funcionalidad. Como poderosa herramienta de expresión y comunicación social, pueden proyectar distancia, autoprotección, sofisticación, estatus o simplemente un acto de coquetería, puesto que son un accesorio de moda y estilo.

Cuando son de gran tamaño, como las de Cerdán, se convierten en una declaración de estilo audaz sin perder el toque de glamur. Una de las teorías más respaldadas que se aplican a un personaje público es la sensación de anonimato. Al ocultar los ojos tras unas gafas de sol casi opacas y extragrandes, queda protegida gran parte de la expresión facial y las emociones. Aportan privacidad y seguridad frente al mundo exterior.

¿Levantar una barrera?

¿Es esa la intención de Cerdán? Intuimos que en este caso es narcisismo, ego inflado, falta de ponderación de sí mismo. Todavía no se ha dado de bruces con la realidad y, en su confianza, cree que aún puede impresionar. Por eso, ha incorporado a su rueda de molino hedonista el llamativo recurso de las gafas de sol, con las que, más que enmascarar la expresión, parece querer anclar su control en una situación de alto riesgo. Con su tamaño, reclama espacio y desafía a quien las mira. No solo quiere llamar la atención, lo exige.

El exministro de Fomento, sin embargo, ha escogido la táctica de la rendición, aunque dispuesto a hacer de la debilidad su poder. Viste la intención con una camiseta que aún podemos conseguir en Amazon por 16,49 euros. Subirá si se convierte en hit político. Las zapatillas de padre de New Balance le servirán para echar a correr ahora que las alas de cera, como a Ícaro, se le fundieron por volar, embriagado por la dicha, demasiado cerca del sol.

La UCO registra la casa de Ábalos en València en busca de contratos de obra civilAna EscobarAgencia EFE

En plena purga emocional, ha decidido no luchar por su honor, sino desestabilizar a Sánchez anunciando que no descarta pactar con la Fiscalía. Visualmente, parece que se desmorona, que su poder se ha vuelto frágil, que mejor rendirse que salir corriendo. ¿Entonces las deportivas? Para pisotear si llega ese día que marca un proverbio egipcio: «Cuando pase el gran señor, el campesino hará una reverencia y ventoseará silenciosamente».

El falso cerebro de las partes bajas

► La lujuria en el poder ha acabado tomando la forma del escándalo en políticos como Bill Clinton, en su «affaire» con la becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, o el socialista Dominique Strauss-Kahn, acusado de violar a una empleada de hotel. Dinero, poder y líos de faldas. El tsunami de la testosterona lo repiten Ábalos y Koldo García, prestándose al chiste fácil del cerebro de las partes bajas. Aunque sea un fenómeno frecuente, no está justificado por la ciencia y lleva a una simplificación errónea de la realidad masculina. Cómo se programa la conducta particular es más una cuestión de educación.