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Pasarela de primavera por Martín Prieto

Desde 1978 a 2009, el brazo político de ETA nos ha ofrecido el siguiente pase de modelos: Herri Batasuna , Euskal Herritarrok, Batasuna, Sozialista Abertzaleak, Autodeterminaziorako Bilgunea, Partido Comunista de las Tierras Vascas, Herritarren Zerrenda, Abertzale Sozialisten Batasuna, Abertzale Socialistak, AcciónNacionalista Vasca, Demkrazia Hiru Milioi y Askatasuna

Es tanta la bondad de la última marca de Batasuna, que uno no sabe si es peor. Lo malo es que al Gobierno le atrae la bondad. ¡Qué miedo!
Es tanta la bondad de la última marca de Batasuna, que uno no sabe si es peor. Lo malo es que al Gobierno le atrae la bondad. ¡Qué miedo!larazon

Ahora, coincidiendo con la temporada de primavera y las vísperas electorales autonómicas y municipales, los caballeritos de Azcoita de antaño, hoy encapuchados a lo chino, ofrecen gentilmente el decimocuarto modelo, Sortu de nombre, para acceder a la representación popular por el escote de la extorsión, el secuestro y la muerte. A éstos les da lo mismo votar en una urna de cristal o en una funeraria. Del columbario al Ayuntamiento.

León Davidovich Bronstein, Trotsky, conocido como Trostky (la revolución en todo el mundo y no en un solo país al modelo de Stalin) aportó dos tics a la politología: la deformación dialéctica de la subdivisión permanente y el «entrismo», que fue inteligentemente utilizado por todas las organizaciones de raíz marxista. Entrar en las instituciones constituidas para utilizarlas o infectarlas desde dentro. En España, Marcelino Camacho se jactaba con justicia de que CC OO habían infiltrado los Sindicatos Verticales del franquismo, tal como Santiago Carrillo reconoce en su último libro, que «en el SEU (Sindicato Español Universitario, dependiente de la Secretaría General del Movimiento) hubo más comunistas que falangistas, y hasta Alfonso Sastre usaba sus instalaciones para ensayar algunas de sus obras. Rodolfo Martín Villa tuvo que cerrarlo por irrecuperable. El «entrismo» del brazo político etarra que sirve al brazo armado es inagotable. Con Sortu, el Gobierno, la Fiscalía General, la Policía y el Tribunal Supremo serán tan garantistas que lo legalizarán para injuria de las víctimas, oprobio de sus parientes, baldón de la democracia y ultraje del sentido común. Está en el ambiente.

Para este Gobierno, Sortu, que rechaza la violencia futura de ETA, supone un paso adelante en el nebuloso proceso de paz de irás y no volverás. Es como si Al Capone condenara el contrabando de alcohol. En la pasarela de Sortu se han sentado etarras convictos, confesos, ex presidiarios de la banda, excarcelados para atender a mamá (¿no hay Ley de Dependencia?) y profesionales de cobertura al terrorismo. Y Ornaldo Otegui es el que menos miedo suscita, y sigue en la cárcel aunque ya le han anulado el juicio por una nimiedad ininteligible.

Instalados en los ayuntamientos, ETA no matará quizás hasta las elecciones generales, porque con el Nuevo Socialismo comen faisán, pero como Trostky, que creó el Ejército Rojo, no entregará ni un tirachinas. ¿Saben ustedes por qué hay tanto zombi y muerto viviente circulando por las calles? Porque en el infierno no cabe nadie más.

LUJO Y OSTENTACIÓN

Hasta avanzado el siglo XVIII, los pudientes que iban a ser ahorcados sobornaban al verdugo, quién sobaba la soga con agua regia. Al caer al suelo, los Hermanos de la Paz y la Caridad cubrían con sus mantos al reo, que quedaba libre, mientras los pobres colgaban. La vicepresidenta Salgado quiere perseguir la ostentación y las economías sumergidas. Nada dice de las Sicav ni tampoco de las Fundaciones opacas o los bufetes que crean bolsas legales de fraude. La ostentación no es un delito, es un defecto en el que no suelen caer los verdaderamente ricos. La mayoría de la economía sumergida (como las familias), que no estemos todos como los egipcios en la Plaza de Tahrir de El Cairo. La Agencia Tributaria pone en el potro a quien recibe una nómina, y ahora atornillará a los cuentapropistas con dos empleados que no pueden cobrar a los morosos. El 80% del empleo lo genera la pequeña y mediana empresa. Salgado sabrá si quiere ser sayón.