Balón de Oro

Mourinho la novena esperanza

Desde la «Novena» Copa de Europa, nueve técnicos han pasado por el banquillo del Real Madrid en pos de la «Décima». Tras Del Bosque, Queiroz, Camacho, García Remón, Vanderlei Luxemburgo, López Caro, Capello, Schuster y Pellegrini, ahora llega Mourinho, implacable máquina de levantar títulos.

Mourinho, la novena esperanza
Mourinho, la novena esperanzalarazon

El técnico luso, más que nunca, es la gran esperanza blanca, tanto que, sin lugar a dudas, es unánimamente considerado el fichaje del verano. Él solo, como ninguno otro de sus jugadores, ni Cristiano Ronaldo, concentra el interés mediático. La capital se ha llenado de periodistas ingleses, italianos, japoneses y portugueses, no para cubrir a un Zidane, Beckham, Figo o Ronaldo. No. Todos ellos, para trasladar a sus países cada uno de los pasos, decisiones y reacciones de Mourinho en la Liga.


Llegaba con fama de duro y arrogante por sus declaraciones altisonantes. Visto desde fuera. Desde dentro, por ahora, sólo ha demostrado calma, cautela, razonamiento y profesionalidad. Sin soberbia, amplio de miras y dialogante. El madridismo tiene fe ciega en él y siente que nadie mejor que el luso para sacar petróleo del equipo que, falto de rodaje con todas sus piezas, aún no carbura.


A Mourinho le han acompañado seis fichajes para acabar con la supremacía del Barcelona de Pep Guardiola. Canales, Di María, Pedro León, Khedira, Carvalho y Ozil son los elegidos. Al joven me- diapunta santanderino no lo pidió, pero es el que mejores resultados le ha dado durante la pretemporada y junto con Ozil fueron los más vitoreados la noche de la presentación colectiva en el Trofeo Santiago Bernabéu. Los seis se ajustan al nuevo ideario madridista, más afín a la «Premier»

 

Florentino Pérez no sólo es partidario de un horario de los partidos a la inglesa, sino que también, constatado que al éxito no se llega por el camino más corto y harto de bandazos –nuevo técnico cada temporada, nuevo proyecto...–, ha decidido inexorablemente conducir el club hacia un proyecto a medio-largo plazo. Y ha empezado por el banquillo. A Mourinho le ha firmado por cuatro temporadas y se espera que al menos cumpla tres. Los nuevos jugadores, a excepción de Carvalho (32 años), que ha firmado por dos campañas, tienen menos de 23 años y han firmado por seis campañas. Khedira, por cinco.


Además, la contención en el gasto ha sido la nota característica en esta hornada de fichajes del segundo mandato de Florentino Pérez. Unos retoques que ya desde el año pasado, cuando el presupuesto –créditos bancarios incluidos– se agotó en los fichajes estrellas de Cristiano Ronaldo (98 millones), Kaká (65), Xabi Alonso (35) y Benzema (30), se sabían necesarios. Di María, el más caro, ha costado 25, fiel reflejo de la crisis a la que ningún club es ajeno, salvo el Manchester City, y que le ha bajado los humos al fútbol, tanto casi como al ladrillo.


Sin embargo, más de 320 millones de euros después y dos veranos de la segunda era de Florentino, la plantilla sigue sin estar equilibrada. El Madrid ha reforzado la línea que más le hacía falta, el medio campo, y por todas sus zonas: bandas, pivote y mediapunta. Incluso más de la cuenta con la última contratación, la de Ozil, pero como dice Mourinho «no» podían «dejar pasar la oportunidad» de hacerse con el subcampeón del mundo y, además, la baja de Kaká durante cuatro meses tras su paso por el quirófano llevó al desconcierto.


Sobran centrocampistas, pero falta un delantero; sobran centrales, pero falta un lateral, más aún teniendo en cuenta que a Drenthe no se le quiere ni en pintura y le van a dar salida. De lo segundo, Mourinho no se queja, en Lass ha encontrado un lateral transitorio; pero la hipocresía no está en su diccionario y no esconde que ne- cesita un delantero centro, aunque entiende que la entidad no puede gastarse más dinero.

 

«Si Higuaín o Benzema se lesionan tendremos problemas», advierte. Ya hay deberes pendientes para el siguiente verano o, en el peor de los casos, para el mercado de invierno. Porque Mourinho confía en la cantera, pero no a corto pla- zo. Como él dice, un canterano no te puede «apagar un fuego», puede quemar su carrera. Puede ir echando agua.

 

En definitiva, en el Real Madrid, los Bojan, Messi, Pedrito, Busquets y compañía no se convierten en figuras en un solo día. Hay que ir dando minutos a canteranos como Marcos y Juanfran, los que más le han gustado al técnico, para que dentro de dos o tres años sean los nuevos Guti o Raúl. Ambos, el «7» y el «14», se han marchado, rumbo al Schalke 04 y Besitkas, respectivamente, y el Bernabéu deberá aprender a vivir sin ambos estandartes, sobre todo, sin el «gran capitán».


Por Guti sí se trajeron recambios. La afición ha acogido de muy buen grado a Canales, otro rubio con cara de ángel y demonio y sabia visión para el último pase. Pero por Raúl, el Real Madrid no ha fichado un sustituto. Como capitán ha cogido las riendas Casillas, ayudado de Sergio Ramos, ambos campeones del mundo, para ejemplo de una plantilla rejuvenecida.