FC Barcelona

Balón de Oro

En charcos

La Razón
La RazónLa Razón

No es nueva la habilidad de Mourinho para meterse en charcos. Acaba de llegar al Madrid y alguien debe decirle que todos los socios no son ultrasureños y no es prudente sumarse a tal corriente. Es posible que a algunos les haga gracia que se meta con el Barcelona y el Valencia, lo que no es norma que predique Florentino Pérez.
Hay opiniones que es aconsejable medirlas. Por ejemplo, decir que Sneijder merece el Balón de Oro más que Iniesta tiene dos lecturas. Una, la de molestar a los barcelonistas, que puede tener alguna mirada complaciente aunque haya también quienes consideren que, a fin de cuentas, el jugador barcelonista es de Fuentealbilla y autor del gol del Mundial y ello le concede cierta simpatía general. Al tiempo, recomendar a Sneijder es justificar a Pellegrini quien pidió que continuara en el club, petición que no fue complacida. Es tirar una piedra contra su tejado aunque deseara ponerse un florón porque fue jugador importante en el Inter que entrenó.
Mourinho ya ha tratado de molestar a Guardiola y al barcelonismo. En una semana en que ha de lavar la herida del empate en Mallorca ha intentado desviar la atención. No venía a cuento tratar de ganarse aplausos para compensar la cara de vinagre que puso en el banquillo de Mallorca. Más sorprendente ha sido el mensaje que le ha mandado a Unai Emery. Ha insinuado que no es el técnico del Valencia quien decide alinear a Joaquín o a Pablo y contra quien ha magnificado sus dudas respecto al sistema de juego empleado en la pretemporada. Ya empezamos.