Elecciones generales

El viaje a ninguna parte

La Razón
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Por primera vez en casi cuatro años, socialistas y populares, más del ochenta por ciento de los ciudadanos españoles, alcanzaban un acuerdo en materia de lucha contra el terrorismo. Para ello ha habido que pagar un precio inasumible de dolor y muerte que debería hacer reflexionar a ambos. Cinco palabras que sólo han alcanzado su verdadero sentido después de que dos nuevas familias quedaran rotas: «POR LA DERROTA DE ETA». ¡Casi cuatro años «jugando» al «monopoly electoral» para regresar, tristemente, al punto de partida! Hemos hecho un viaje a ninguna parte y hemos despertado del sueño sobresaltados por un ruido atrozmente familiar: los disparos por la espalda. ¿Habrán aprendido la lección quienes representan a tantos, frente a las exigencias de quienes usan y abusan de esos pocos gramos de votos que desde hace tantos años se «venden» a precio de oro para permitir la llamada gobernabilidad? La respuesta no llegará hasta el mes de marzo. Si el margen entre los dos grandes es tan estrecho como auguran las encuestas habrá llegado la hora de verdad. El sábado, mientras en el Congreso se reunían los partidos, los empresarios y los sindicatos, por las calles de Barcelona quienes han sustentado el gobierno Zapatero se manifestaban contra él. Resultaba patético ver a un Durán i Lleida queriendo ser más soberanista que los de Esquerra, esos que no vinieron a Madrid «porque ETA no nos marca la agenda». Carod-Rovira, el de Perpiñán, hablando de agendas y terrorismo etarra. Carod que gobierna en Cataluña y que se manifiesta contra quien le ha proporcionado coche y moqueta. ¿Qué han hecho el nacionalismo y el independentismo por mejorar la vida de los ciudadanos? ¿Qué harán después del 9 de marzo? La respuesta no la tienen ellos aunque hasta ahora haya sido así. Después de las generales podremos medir, al milímetro, la verdadera estatura de nuestros líderes nacionales. Hasta entonces repasemos la hemeroteca y crucemos los dedos para no asistir a más funerales.