Elecciones generales

Un combate a los puntos

El PSOE, hoy con 164 escaños, no habla de mayoría absoluta, si acaso de obtener diez diputados más que hace cuatro años.

La Razón
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Madrid- Aunque no hay ya ninguna duda, José Luis Rodríguez Zapatero lo anunciará oficialmente antes de Nochebuena: el 9 de marzo, los españoles pasarán por las urnas. Apenas quedan, pues, tres meses para que se celebren las elecciones generales más reñidas de la historia de la democracia. Nunca antes las encuestas han pronosticado para un Gobierno con tan sólo cuatro años en La Moncloa un resultado tan escueto para su segundo mandato. Empate técnico, dos, tres, como mucho 3,5 puntos por encima de su rival político. La solidez del suelo electoral del centroderecha y los errores propios en una de las Legislaturas más convulsas que se recuerdan no auguran, no ya una victoria aplastante de Zapatero en 2008, ni tan siquiera la ventaja de cinco puntos sobre el PP que logró en 2004.
Si en algo coinciden todos los analistas es que, en esta ocasión, hay combate y que éste, es muy probable que se dirima a los puntos. Vaya, que lejos está aquella diferencia de 79 escaños que logró el PSOE en 1986, tras su primer Gobierno, y la de 58 diputados que consiguió Aznar para el centroderecha en 2000, tras cuatro años de Gobierno en minoría. Nada de eso. Esta vez, el PSOE, hoy con 164 escaños, no habla de mayorías absolutas, si acaso de lograr diez diputados más de los de hace cuatro años. El coordinador de la campaña, José Blanco, cree tener muchas posibilidades de aumentar un diputado en Barcelona, Orense, Alicante y Murcia, además de mantener el excelente resultado de 2004 en Cádiz y Córdoba.
Escaño arriba, escaño abajo
El coordinador de la campaña del PP, Pío García Escudero, por su parte, confía en subir un escaño en más de 15 de las 52 provincias españolas. ¿Retroceso? Ninguno habla de ello, pero en el PSOE hay expectación sobre lo que pueda ocurrir en Cataluña, tras la crisis ferroviaria. Se cuenta también con un ligero descenso en Madrid y en Málaga. En el PP se barrunta que pueden perder apoyos en Orense, Las Palmas y Vizcaya. Así que una decena de escaños arriba o abajo decidirá las elecciones. Y todo esto con un censo en el que cuatro circunscripciones ganarán un escaño por aumento de población (Toledo, Murcia, Alicante y Almería) en detrimento de otras tantas que lo pierden (Vizcaya, La Coruña, Soria y Córdoba).
Y mientras el PP se ha juramentado para no soltar ni prenda de quiénes serán sus candidatos hasta no desmenuzar hasta el último detalle de una oferta electoral concreta y directa a los problemas ciudadanos, el PSOE ha colocado ya a los peones con los que jugará en el tablero. Zapatero y sus ministros serán su principal reclamo, más allá de un programa que se anuncia continuista. Así, los socialistas, mucho antes de abrirse formalmente el plazo de candidaturas, ya han desvelado cuáles son algunos de sus jugadores.
Rodríguez Zapatero jugará, así, en Madrid con una candidatura en la que llevará de refuerzo y de número dos a Pedro Solbes. Tradicional feudo del PP, en 2004 los socialistas obtuvieron en esta provincia 16 diputados, uno menos que el partido de Mariano Rajoy. En esta ocasión y con el espectacular resultado que arrojó las municipales y autonómicas, la diferencia podría ser mayor a favor del PP, que aspira a obtener al menos dos diputados más.
Y lo mismo podría ocurrir en Valencia, donde la diferencia a favor del PP, hace cuatro años, fue de un diputado (ocho sobre siete), y el próximo marzo, según los pronósticos de la dirección popular, podría llegar hasta tres escaños. Eso, a pesar de que el PSOE ha convencido a su mejor activo del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, para que encabece la lista por la ciudad del Turia, y a Bernat Soria, para que lo haga por Alicante. El PP confía en que el diputado que gana por población esta provincia sea para su candidatura, igual que uno más en Valencia, que perdería el PSOE.
En Murcia, donde se gana un escaño también por aumento de población, compite el ministro más bronco del Gobierno, Mariano Fernández Bermejo, que peleará hasta el último voto para hacerse con ese nuevo diputado, lo que sumaría 4 para el PSOE. El PP se quedaría con los seis que obtuvo en 2004.
Cantabria, donde encabezará candidatura Elena Salgado, no es una de las comunidades donde se auguren cambios. No lo creen los socialistas y tampoco los populares. La diferencia seguiría siendo de 3 a 2 a favor del PP. Y lo mismo ocurriría, pero a la inversa, en Extremadura, donde el electorado apenas se mueve elección tras elección y la proporción se mantiene (3-3 en Badajoz y 2-2 en Cáceres).

Cataluña, que siempre vota mayoritariamente al Partido Socialista en elecciones generales, podría dar alguna sorpresa. Y no sólo por la crisis de Cercanías. El Partido Popular confía en quitarle un escaño a Esquerra Republicana en Gerona y obtener uno en Lérida. En ambas provincias, el partido de la gaviota se quedó sin representación en las elecciones de 2004.
El ministro de Cultura, César Antonio Molina, ha sido el elegido para competir en La Coruña, una provincia que, por pérdida de población, se quedará con un escaño menos, y sería de los cuatro que actualmente tiene el PSOE. Los populares dicen mantener los cuatro suyos.
En Cádiz, todos los sondeos indican que el PP podría ganar un diputado a costa de los seis que logró el tristemente fallecido Alfonso Perales para los socialistas en los pasados comicios generales. De ahí que la calle Ferraz haya decidido vincular a esta provincia al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Si no logra él mantener el resultado, no lo logra nadie. En Andalucía, el Partido Popular aspira a ganar un escaño más, además de en Cádiz, también en Almería, Jaén y Málaga. Y lo mismo podría ocurrir en Ciudad Real, Pontevedra, Navarra y Teruel.