Huelgas

Macron afronta una huelga masiva por su crucial reforma de pensiones

Millón y medio de trabajadores han declarado que secundarán el paro. En total se han convocado cerca de 300 manifestaciones en todo Francia

National strike in France
Protesta en Marsella contra las reformas de Macron. EFE/EPA/GUILLAUME HORCAJUELOGUILLAUME HORCAJUELOEFE

Macron se juega su mandato a una carta: la reforma de las pensiones, la más ambiciosa de las que lleva hechas y con la que han ido tropezando una y otra vez los sucesivos presidentes de la V República. Su prueba de fuego comienza hoy jueves con una huelga que, sin ser de carácter general, tendrá en la práctica categoría de serlo porque involucra a muchos sectores de la vida del país, entre otros el transporte y la educación. Y más allá de lo que ocurra hoy, los paros podrían ser prolongados durante los próximos días sin que nadie sepa a ciencia cierta cómo puede acabar el pulso entre el ejecutivo francés y los sindicatos.

Hoy París amanecía sin transporte y, los trabajadores que no han podido optar por el teletrabajo, han tenido que ingeniárselas desde compartiendo coches hasta tomando bicicletas o patinetes. Millón y medio de trabajadores han declarado que secundarán el paro. En total se han convocado cerca de 300 manifestaciones en todo Francia, la principal de ellas arrancará a las 13h en la parisina estación del norte y recorrerá el este de la capital gala hasta la plaza de Nation.

Nueve de cada diez ferrocarriles dejarán de funcionar, así como 11 líneas de metro en París. En los transportes públicos la huelga tiene carácter ilimitado. La movilización afectará igualmente al transporte aéreo: se prevé la anulación de un 20% de vuelos. Cuatro de cada diez profesores de escuela se sumarán al paro. También abogados y policías, entre otros sectores.

Macron se muestra abierto a discutir detalles de la reforma, pero no a retirarla. Su objetivo fundamental es el de unificar los 42 regímenes especiales en un solo modelo que funcione a través de un sistema por puntos del que todavía se desconocen los detalles pero que deberían comenzar a debatirse en el primer trimestre de 2020.

El Gobierno da por hecho el éxito de la movilización de este jueves, asume que se prolongará en los transportes e intenta ganar la batalla de la opinión pública a sabiendas que un 61% de los franceses está a favor de armonizar la jubilación según un último sondeo de IFOP aparecido el pasado domingo. Es por ello que Macron ha enviado en bloque a todos sus ministros a dar la batalla en los medios de comunicación para colocar un mensaje fundamental con el que ganar este pulso de hierro: “se trata de acabar con el privilegio de algunos”, frase que repiten hasta la saciedad los miembros del gobierno.

Y al mismo tiempo, como si de una estrategia diseñada por el propio Macron se tratase, el gobierno tiende la mano y se muestra flexible con el calendario así como con una incorporación muy escalonada de los diferentes sectores al régimen único. Entre las concesiones que ha insinuado el Gobierno figura un aplazamiento de la entrada en vigor de la reforma para que no se aplique hasta la generación nacida en 1975.

Lo cierto es que la cuestión de las pensiones es la gran emboscada en la que tarde o temprano acaban cayendo todos los gobiernos franceses. Otros lo han intentado y en la mayoría de casos acabaron dando marcha atrás cuando vieron los colmillos al lobo. El precedente más conocido es el de 1995, cuando tres semanas de movilizaciones acabaron forzando a Alain Juppé, primer ministro de Jacques Chirac, a retirar una reforma parecida a la de Macron.

En el resto de esos acabaron aprobando reformas descafeinadas de menor calado que nunca convencieron a quienes las impulsaban. Pero las cifras son tozudas y no engañan: El déficit de las pensiones superará los 10.000 millones de euros en 2025 y los 20.000 en 2030. La población envejece y la vida se alarga: cada vez hay menos activos para sostener a los jubilados.