Chile
Chile trata de superar su polarización en la campaña del referédum constitucional
Los chilenos decidirán el 26 de abril si quieren o no una nueva Carta Magna con la que se pretende superar el conflicto social
Empieza en Chile la campaña para el Plebiscito de Reforma Constitucional. El 26 de abril los chilenos decidirán si quieren o no una nueva Constitución. A lo cual deberán responder “Apruebo” o “Rechazo”.
También se les pedirá que determinen qué tipo de órgano redactará la nueva Carta Magna –algo clave- si ésta se aprueba: una Convención Mixta, conformada por constituyentes elegidos y legisladores, o una Convención Constitucional, una especie de asamblea constituyente compuesta únicamente por miembros elegidos para ese fin –lo cual significa que habría muchas más oportunidades de que se apruebe-.
Todo el proceso constituyente podría durar dos años.
Ayer las calles de Chile se llenaron de pancartas, banderas y militantes convocando a las elecciones. Sobre todo alrededor del Palacio de la Moneda que amaneció fuertemente acorazada. El presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel), Patricio Santamaría, manifestó que están ante un hecho histórico para el país.
“Esperamos que las instituciones que participan y los representantes populares tengan un comportamiento a la altura de las circunstancias y haya una participación masiva, de manera libre e informada”, dijo Santamaría.
El período de campaña electoral durará hasta el 23 de abril, tres días antes de la consulta ciudadana.
Más de 14,6 millones de chilenos volverán a votar en un referéndum, 31 años después del último de ellos, en el que se realizaron reformas a la Constitución.
Un año antes, en 1988, se había celebrado el histórico plebiscito que puso fin a la dictadura de Pinochet (1973-1990). La votación del 26 de abril fue planteada como una de las vías para poner fin a la grave crisis social y política iniciada en Chile el pasado 18 de octubre.
La medida se hizo posible la madrugada del 15 de noviembre tras un pacto político votado en el Congreso que se llamó “Acuerdo de Paz”. El presidente Piñera, tras intentar aplacar las calles con reformas sociales y económicas, finalmente “hinco la rodilla” y accedió a esta elección.
La compleja hoja de ruta
El proceso empieza con un plebiscito de entrada que no será obligatorio. Si gana el “Apruebo” a la nueva Constitución, se tomará en cuenta la elección del organismo encargado para la reforma que hizo la ciudadanía: si opta por una Convención Constitucional esta estará formada por 155 miembros; en tanto que a la Convención Mixta Constitucional la integrarán 172 miembros, divididos en partes iguales: 86 elegidos por la ciudadanía y 86 parlamentariosen ejercicio votados por el Congreso.
La elección de los miembros de uno de estos organismos está pautada para el 25 de octubre de 2020, día en que también se elegirán alcaldes y gobernadores regionales.
Después, en los primeros días de diciembre, el presidente convocará a una sesión donde pedirá que se instale la Convención, ya sea la Convención Constitucional o la Mixta. Durante su primera sesión el órgano deberá elegir sus autoridades: presidente y vicepresidente.
A partir de ese momento tendrá nueve meses, prorrogables por otros tres meses más, para redactar la nueva Carta Magna. Dos tercios de la Convención deberán aprobar el nuevo texto.
Una vez presentado el mismo el organismo será disuelto y sus miembros inhabilitados para ejercer cargos públicos por el lapso de un año.
Una vez que el texto llegue a las manos del presidente, Piñera quien supuestamente todavía seguiría en el poder- deberá llamar al plebiscito de salida del proceso, que será de voto obligatorio. Allí los chilenos tendrán elegir si aprueban o rechazan la nueva Constitución.
La fecha de este último plebiscito sería en diciembre de 2021 o marzo de 2022, de acuerdo a cuanto se demore la Convección. Si se aprueba la nueva constitución, el presidente tiene un tope máximo de 35 días desde el plebiscito de salida para convocar al pleno del Congreso.
Allí los congresistas deberán promulgar la Carta Magna. En cambio, a estas alturas Piñera podría no estar a cargo del ejecutivo chileno, ya que en medio habrá elecciones presidenciales. Y mientras, habrá que ver si las protestas amainan o vuelven a resurgir transformados en conatos de violencia, como los acontecidos la semana pasada en Viña del Mar, que se saldaron con decenas de heridos.
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