Coronavirus
La muerte que sacude a Italia: 46 años y sano, murió cuatro días después de contraer el Covid-19
Diego Bianco trabajaba en el hospital de Bérgamo de teleoperador, siempre protegido con máscara y guantes. El fallecimiento supone un jarro de agua fría en esta zona devastada del norte italiano
Todas y cada una de las muertes duelen en Italia, pero la de Diego Bianco ha indignado a los italianos y ha desmotivado a toda Bérgamo, la provincia con más casos de coronavirus del país, en la que el pesimismo se ha apoderado de los bergamascos.
Su fallecimiento se comparte miles de veces a través de Whatsapp y es uno de los temas de los que más se habla desde el domingo entre las familias por teléfono o virtualmente, a cientos de metros de distancia por el aislamiento al que están sometidos. Un deceso nada esperanzador que sirve para recordar que nadie está a salvo de este nuevo virus.
El fallecimiento de Bianco también ha sentado como un jarro de agua fría en el hospital Giovanni XXIII, en Bérgamo, un centro en la primera línea de batalla contra el coronavirus. Allí Bianco trabajaba como teleoperador en el 118, el teléfono de emergencias italiano.
Bianco, casado y con un hijo, se ha convertido en una de las víctimas más jóvenes en Italia desde que comenzó la pandemia. Algunos medios locales apuntan a que Bianco sería la segunda persona más joven a la que el coronavirus se ha llevado por delante.
Lo más llamativo es que Bianco no tenía ninguna enfermedad previa, ninguna patología subyacente. Según sus colegas, le hicieron la prueba por coronavirus el miércoles 11, y en apenas cuatro días ha fallecido. Pasó de no presentar síntomas a no despertar.
“Trabajador cualificado”
Los veinte días anteriores, Bianco estuvo trabajando, atendiendo a las emergencias del hospital de Bérgamo, que ha recibido a centenares de pacientes infectados por coronavirus.
“Era un trabajador cualificado que siempre ha usado equipo de protección. No era un hombre mayor y no tenía otras enfermedades”, destacan sus compañeros en una carta enviada por una asociación de trabajadores de emergencias y conductores a las autoridades de la región de Lombardía y al director general de la centralita del hospital, Alberto Zoli, y recogida por “Il Giorno”.
En el diario “La Repubblica" recuerdan que la centralita en la que trabajaba Bianco tuvo que ser cerrada y desinfectada “porque otros operadores habían presentado síntomas y se habían quedado en casa”.
Asimismo, los medios locales destacan que Bianco tuvo fiebre, pero no se encontraba enfermo. La víspera a su muerte, su hermano recuerda cómo bromeó con él. Su esposa, que era voluntaria de la Cruz Roja, narra que se despidió de ella con un: “Vete a dormir. De todas formas no moriré. Solo tengo que encontrar la postura”. Dos horas después, a las 5.30, su mujer volvió a la habitación y a pesar de que le realizó un masaje cardíaco, Bianco había muerto.
Con casi 25.000 infectados por coronavirus y más de 1.800 muertes, Italia es el segundo país más afectado por esta pandemia después de China, donde comenzó la propagación de este nuevo virus.
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