Estado Islámico

Los motoristas de la muerte

Los yihadistas utilizan todas terreno para desplazarse camino de los atentados en el Sahel

Conforman auténticos escuadrones de motoristas de la muerte. Pertenecen al Estado Islámico del Gran Sáhara (ISWAP), que lidera Walid Abu Sarhaoui y utilizan estos vehículos para desplazarse a gran velocidad, por el desierto y zonas selváticas, en sus zonas de influencia, en el Sahel africano.

Se trata de motos de fabricación china, que se pueden adquirir en el mercado libre por un precio que oscila entre los 500 y los 600 euros, pero que ellos roban en asaltos a poblados y cuarteles.

Las motos les permiten obtener un factor importante en cualquier atentado: la sorpresa. Cuando sus víctimas oyen los motores acercarse ya es tarde porque los yihadistas tardarán minutos en llegar.

Precisamente, una de lss quejas de la población que sufre los atentados va contra las autoridades. Se preguntan si con los medios aéreos de que disponen las tropas nacionales e internacionales no se puede detectar a estos escuadrones de la muerte cuando se mueven por el territorio.

Existen proyectos, inexplicablemente paralizados, para organizar en algunos de los países más afectados por este tipo de ataques, en especial Níger, bases de drones que, dotados de cámaras térmicas y otros dispositivos técnicos, permitirían prevenir este tipo de ataques. En este sentido, la ayuda de los organismos internacionales resulta fundamental.

Mientras, los yihadistas prosiguen con su plan de establecer una “zona de confort”, entgre Mali y Níger, en el quie volver a establecer todo el entramado organizativo del “Califato”, que perdieron tras la derrota en Siria.

El sistema de ataque, como ha publicado LA RAZÓN, consiste en lanzar uno o dos coches bombas conducidos por terroristas suicidas contra el objetivo, con el fin de abrir una brecha.

A continuación, entran los motoristas que asesinan a todas las personas que encuentran a su paso y, frente a las cámaras, pasan con las motos sobre sus cuerpos. Tras robar todo el armamento posible, incluidos vehículos, huyen del lugar en una operación que, por su corta duración, no permite una reacción de tropass de refuerzo.