Coronavirus

Rebrotes: Argentina vuelve a la fase uno y endurece su cuarentena tras dispararse los casos

Solo funcionarán los servicios esenciales como la seguridad, la salud, la alimentación y la industria farmacéutica

Persianas bajas: El drama detrás de cada cierre de comercios en Argentina
La avenida Córdoba, uno de los principales centros comerciales a cielo abierto de Buenos Aires, tiene un aspecto fantasmalJUAN IGNACIO RONCORONIEFE

Argentina, el país con más días de cuarentena del planeta –más de 100 días- y las normas más estrictas de confinamiento. Pero lo que parecía un prodigio se ha vuelto una maldición porque mientras países que multiplicaban sus bajas como España o Italia ya disfrutan de sus playas, aquí se vuelve a dar un paso atrás y mientras, el pueblo argentino cansado. ¿En qué fallaron?

En un mensaje grabado, Alberto Fernández anunció una nueva fase de la cuarentena, que implica la aplicación de medidas de mayor restricción similares a las que se conocieron el 20 de marzo, cuando se oficializó el aislamiento. Comenzará el 1 de julio hasta el 17 del mismo mes.

El presidente recibió a Horacio Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires y a Axel Kicillof, gobernador de la misma provincia, en la residencia oficial Olivos, donde ultimaron detalles de la nueva fase.

Entre las principales medidas que se tomarán desde la próxima semana destacan el uso del transporte público solo para trabajadores esenciales, quienes deberán volver a tramitar la autorización para circular –por tercera vez-. De acuerdo al nuevo esquema funcionarán únicamente los servicios considerados esenciales como la seguridad, la salud, la alimentación y la industria farmacéutica.

Además, se mantendrán habilitadas algunas industrias, en particular las vinculadas a las actividades esenciales, las que estén ubicadas en parques industriales, las que exigen procesos que no pueden detenerse y aquellas que producen con fines de exportación.

“Tenemos que aislar el Área Metropolitana del resto del país, porque el resto del país no esta teniendo los mismos problemas”, evaluó Fernández al inicio de su mensaje.

Con los jardines de Olivos de fondo, y acompañado por el jefe de Gobierno y el gobernador bonaerense, el peronista afirmó que “aumentó la circulación y cuando aumenta la circulación humana se profundiza el contacto humano y la transmisión se hace mucho más fácil”.

"En los últimos tiempos en el AMBA –capital y provincia de Buenos Aires- los casos crecieron exponencialmente. Hoy prácticamente el 97% de los casos ocurren en el AMBA. En los últimos 20 días en el AMBA los casos aumentaron un 147% , los fallecido un 95%", evaluó el jefe de Estado.

En Argentina hay 55.343 contagiados con 1.184 fallecidos y una media de más de 30 muertos al día. Cifras cautas comparadas con otros vecinos como Brasil, pero preocupantes en una Nación tan inestable.

Fernández explicó que se necesita "ganar tiempo para garantizar que nuestro sistema de salud mejore y pueda atender a todos los argentinos. Lo que estamos notando es que con esta aceleración tenemos que hacer algo para parar el ritmo de contagio, para aliviar las camas ocupadas, y seguir garantizando que todos los argentinos tengan la atención que merecen".

Por su parte, Rodríguez Larreta anunció también que desde el miércoles 1 de julio, en la nueva fase de la cuarentena, se va a restringir en la Ciudad la actividad física al aire libre –los llamados “corredores”, solo se permitirán los comercios esenciales y se mantendrán los permisos para los paseos recreativos para niños y niñas en el fin de semana.

A su turno, Kicillof reconoció que "los efectos del aislamiento más fuerte no se van a ver inmediatamente", sino que recién "se van a observar en 10 o 15 días, no antes".

Cortina de “humo o no” el FMI ya advierte que exponencialmente que el país andino podría ser el más perjudicado económicamente por la pandemia. La ecuación de pobreza imparable, deuda en negociación impagable y corrupción completan, “la tormenta perfecta” que se cierne sobre el cielo albiceleste. La principal preocupación es que colapse el precario sistema sanitario argentino pero el económico, ya quebró. Y el hambre es el hambre…