Caso Madeleine McCann
La guarida secreta de Brueckner que podría esconder la clave del “caso Madeleine”
Los investigadores descubren enterrado material informático con más de 8.000 fotos y vídeos
Resulta extraño que Christian Brueckner no fuera encarcelado hasta hace apenas un año. Con el paso de los días, se van conociendo nuevas evidencias que demuestran que el alemán es un pedófilo insaciable, descuidado, sin miedo a ser descubierto, reincidente y con una obsesión enfermiza.
A principios de mes el fiscal principal Hans Christian Wolters indicó que las autoridades alemanas investigaban la desaparición de Madeleine McCann y que tenían pruebas de que Brueckner secuestró a la niña británica y la asesinó poco después. A pesar de haber hecho estas afirmaciones, no han podido presentar las pruebas para evitar que sea puesto en libertad. Esta semana hay una vista para resolver el rescurso presentado por su defensa, que pide su puesta en libertad después de haber cumplido las dos terceras partes de la condena de 21 meses por tráfico de drogas por la que fue condenado en 2017. También fue condenado a siete años de prisión por la violación de una turista norteamericana en el Algarve en 2005, dos años antes de la desaparición de Maddie. Pero la sentencia no es firme porque la sentencia está recurrida, por lo que podría quedar libre.
Por ello, Wolters trabaja contrarreloj para encontrar pruebas que lo eviten. El miedo es que si accede a la libertad condicional salga del país y se traslada a otro desde el que no pueda ser extraditado. La primera opción para lograr pruebas era la casa de campo en la que Brueckner vivió desde 1995 hasta meses antes de la desaparición de la británica. El problema es que dejó la casa en un estado tal de abandono y suciedad, que fue literalmente desinfectada por su dueño. Toda la basura, incluidos ordenadores y discos duros, ropa, disfraces y pelucas, fueron destruidos. Así que no hay evidencias de ADN ni el supuesto material pedófilo recopilado por Brueckner, del que habló más de una vez con gente de su entorno.
Pero siguiendo el rastro del alemán, Wolters llegó hasta la “guarida secreta” de Brueckner en Alemania. Una fábrica abandonada, en la que los perros ayudaron a localizar material informático enterrado: 8.000 imágenes y vídeos en memorias USB y discos duros. El análisis de este material es la esperanza de los investigadores, la que puede ayudarles a resolver el caso de la niña británica, que hoy tendría 17 años.
Según explicó Wolters al programa “60 Minutes Australia” no podía confirmar si Madeleine aparecía o no en las imágenes. “D momento no puedo hablar sobre eso, así que no puedo decir si hay fotos o si no hay fotos de Madeleine”, dijo. Lo que sí tienen claro los investigadores es que el material, todo o en parte, fue elaborado por el propio Brueckner, que afirmaba que era muy fácil abusar de niños y que documentaba todo el sufrimiento que les provocaba.
Fue precisamente en la finca de esa guarida en la que los investigadores localizaron la furgoneta en la que localizaron varios bañadores de niña que también han sido examinados. La furgoneta Volkwagen Westfalia que usaba en los días en los que desapareció Madeleine y que fue vista días después en la casa de campo, ha sido destruida, con lo que no ha podido analizar en busca de rastros de ADN.
En el programa emitido por la TV australiana se puede ver el estado ruinoso de la fábrica, llena de cajas de plástico y piezas de ordenadores esparcidas por el exterior.
Wolters dijo que “tenemos pruebas concretas de que nuestro sospechoso ha matado a Madeleine y esto significa que está muerta”. “A los padres se les ha dicho que la policía alemana tiene pruebas de que está muerta, pero no les hemos contado los detalles”. Esto generó bastante descontento a los McCann y Wolters tuvo que matizar sus palabras y decir que era una opinión personal.
Pero en el documental, volvió a ser preguntado y respondió que “cree que Madeleine está muerta pero que no le está permitido revelar ningún detalle de la evidencia”. Lo que sí matizó es que “no tenemos el cuerpo ni partes del cuerpo, pero tenemos evidencia suficiente para decir que nuestro sospechoso mató a Madeleine McCann”, dijo.
Brueckner cumple una condena de 21 meses en Kiel, Alemania por delitos de drogas y el Tribunal Federal de Alemania en Karlsruhe decidirá en estos días.
Brueckner se mudó de Alemania a Praia da Luz en 1995 después de cumplir parte de una condena de dos años por abusar sexualmente de una niña de seis años en Wurzburg. En el momento de la desaparición de Madeleine, él vivía en la zona a unos 10 minutos en coche. Después de su identificación como sospechoso en el caso, se le ha vinculado a las desapariciones del niño de seis años René Hasse en el Algarve, 1996, y la niña de cinco años Igna Gehnricke en Alemania, 2015.
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