Las últimas ejecuciones de Trump, el presidente que más sentencias de muerte ha firmado

La presidencia de Donald Trump termina y su administración está acelerando el ritmo de las ejecuciones federales. Si se aplican las tres que están previstas unos días antes de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden, se habrán realizado 13 ejecuciones desde julio, cuando la administración republicana reanudó la ejecución de presos después de una moratoria de 17 años y consolidara el legado de Trump como el presidente que más penas de muerte ha aplicado en los últimos 130 años.

Trump dejará el cargo después de haber ejecutado a aproximadamente una cuarta parte de todos los presos federales condenados a muerte, a pesar de que el apoyo a la pena capital entre demócratas y republicanos está disminuyendo.

Biden es contrario a la pena de muerte y ya ha dejado entrever que pondría fin a este castigo. Trump rompe la tradición porque desde los últimos días de la presidencia de Grover Cleveland a fines del siglo XIX, el gobierno de Estados Unidos no ha ejecutado a presos federales durante una transición presidencial. La de Cleveland también fue la última presidencia durante la cual el número de civiles ejecutados a nivel federal fue de dos dígitos en un año, con 14 ejecutados en 1896.

El fiscal general, William Barr, aseguró que su Departamento de Justicia simplemente está cumpliendo con la legislación existente.

Estos son los últimos presos cuya sentencia de muerte se aplicará o se ha aplicado durante el mandato de Trump:

Brandon Bernard

El jueves pasado, coincidiendo con la celebración del Día Mundial por los Derechos Humanos, Brandon Bernard fue ejecutado por inyección letal en el Complejo Correccional Federal de Terre Haute, en el estado de Indiana, por un delito que cometió hace 22 años. Bernard tenía 40 años y era de ascendencia afroamericana. Fue arrestado por el asesinato de una pareja de predicadores, cometido cuando tenía 18 años y en pandilla. Bernard ha sido la persona más joven en ser ajusticiada en el país en casi 70 años. Sus últimas palabras fueron para pedir perdón a la familia de las víctimas.

Alfred Bourgeois

Alfred Bourgeois, un camionero de Luisiana de 56 años, fue ejecutado este viernes por abusar sexualmente de su hija de dos años, torturarla y matarla. Después de que una prueba de paternidad lo identificara como el padre de una niña de dos años y medio y un tribunal ordenara que pagara la manutención, Bourgeois tomó la custodia temporal de su hija y la llevó con él en un viaje. Bourgeois abusó y torturó sistemáticamente a la niña. En julio de 2002, Bourgeois se enfureció con su hija por volcar su orinal dentro del camión y golpeó repetidamente la parte posterior de su cabeza contra la ventana y el salpicadero del camión, matándola.

Sus abogados alegaron que tenía una discapacidad intelectual y, por lo tanto, no podía ser condenado a muerte, pero varios tribunales dijeron que las pruebas no respaldaban esa afirmación.

Lisa Montgomery

La siguiente ejecución prevista es la de la única mujer de la lista y de raza blanca: Lisa Montgomery. Montgomery fue condenada en 2004 por estrangular a una mujer de Misuri que estaba embarazada de ocho meses. La mató y le extirpó el bebé, que se llevó secuestrado.

Un grupo de diez expertos en Derechos Humanos de Naciones Unidas ha pedido al Gobierno estadounidense “clemencia” para la acusada porque “no recibió suficiente asistencia jurídica” durante su juicio.

Cory Johnson

Cory Johnson, traficante de crack, fue condenado por el asesinato de siete personas en 1992. Su ejecución está programada mediante inyección letal el 14 de enero. Sus abogados solicitan que el hombre, de 45 años, no sea ejecutado porque sufre de discapacidad intelectual.

Dustin John Higgs

Dustin John Higgs fue condenado por el secuestro y asesinato en 1996 de tres mujeres jóvenes en el área de Washington, DC. Higgs no mató a ninguna de sus víctimas sino que ordenó a Willis Haynes que lo hiciera. La ejecución de Higgs está programada para el 15 de enero.

Contrarios a la pena capital

Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos restituyó la pena de muerte federal en 1988, las ejecuciones en Estados Unidos llevadas a cabo por el gobierno nacional o federal han sido escasas.

Antes de que Trump asumiera el cargo, solo se habían llevado a cabo tres ejecuciones federales en este período (1988-2016).

Todas se llevaron a cabo bajo el mandato del presidente republicano George W. Bush, e incluyeron al preso Timothy McVeigh, condenado por el atentado con bomba en un edificio federal de la ciudad de Oklahoma.

Sin embargo, las autoridades de cada estado del país sí que han seguido ejecutando a presos en las cárceles gestionadas por ellas, llegando a un total de 22 el año pasado. Pero ese tipo de ejecuciones también registran una tendencia a la baja.

Un número cada vez mayor de estados de EE UU se ha movilizado para abolir la pena capital por completo, y la mayoría ha prohibido formalmente la práctica o no ha ejecutado a ningún preso en más de una década.