Opinión

El enemigo de Putin

La detención del líder opositor Alexéi Navalni ha activado de nuevo las discrepancias de los países occidentales con las autoridades de Moscú

Vladimir Putin en su despacho presidencial
Vladimir Putin en su despacho presidencialServicio Ilustrado (Automático)PRESIDENCIA DE RUSIA

La detención del líder opositor Alexéi Navalni ha activado de nuevo las discrepancias de los países occidentales con las autoridades de Moscú. El momento en el que ha tenido lugar resulta, sin embargo, interesante puesto que coincide con la voluntad de Estados Unidos de entablar nuevas negociaciones con Rusia y llegar a acuerdos que resultan esenciales para la comunidad internacional. La conversación que han mantenido los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin se ha centrado en el acuerdo nuclear y en la situación de Ucrania, pero no se ha prescindido de lo que ha sucedido en el caso de Navalni.

El asunto preocupa a EE UU pero también a Europa, por lo que el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Común, el español Josep Borrell, tiene previsto tratar esta cuestión en su próxima visita a Moscú. Aunque en términos globales lo que sucede en Ucrania y los acuerdos en el campo nuclear pudieran tener una gran trascendencia, el destino del líder opositor ruso aborda una de las materias que son esenciales para la política de la Unión Europea y todo hace prever que así será para la nueva política exterior de Estados Unidos.

Las autoridades rusas deben realizar gestos de buena voluntad y demostrar que están comprometidas con el principio democrático tal y como se deduce de su participación en el Consejo de Europa. El asunto Nalvani no es una cuestión menor sino que, en realidad, la resolución que encuentre pondrá de relieve si sigue existiendo una tendencia en la comunidad internacional en favor de la democracia.

Después del asalto al Capitolio, el día 6 de enero de este año, Estados Unidos están más obligados que nunca no solo a expresar su plena adhesión al principio democrático sino, asimismo, realizar cuantas acciones sean precisas para que se consolide este principio en el orden internacional. El caso Navalni es una inigualable oportunidad para que la diplomacia norteamericana tuerza los designios que, hasta ahora, dibujan el futuro del líder opositor ruso, de tal manera que se logre su liberación y su plena participación política.

Cástor Díaz Barrado Cástor Díaz Barrado es catedrático de RR II en la URJC