Investigación
Los testimonios de varios testigos aceleran el caso Madeleine McCann, que podría estar resuelto “en unos meses”
El fiscal alemán Hans Christian Wolters anuncia que se interrogará a Christian Brueckner al final del proceso y que los resultados se harán públicos
Los últimos acontecimientos parecen que han dado un impulso a la investigación del caso de la desaparición de Madeleine McCann. Tras conocerse que un prestigioso vidente, que ha ayudado a resolver varios casos de asesinato, indicara un punto exacto en un bosque cercado donde dice que está enterrado el cuerpo, el investigador principal del caso, el fiscal alemán Hans Christian Wolters ha vuelto a dar esperanzas a la familia sobre una resolución pronta del caso.
Wolters indicó que después de los últimos meses de trabajo se ha conseguido el testimonio de varios testigos, que han aportado pruebas importantes que permitirán resolver el caso “en unos meses”. Sin embargo, el fiscal matizó que no han obtenido respuestas a todas las preguntas, pero que su equipo ha recibido información “muy interesante”. “Esperamos poder solucionar la desaparición de Madeleine McCann, aunque esto llevará varios meses”, dijo al diario británico “Mirror”.
Wolters añadió que el principal sospechoso, el pedófilo Christian Brueckner, encarcelado en Alemania por haber violado a una turista norteamericana septuagenaria en El Algarve (Portugal) finalmente sería interrogado “al final de la investigación” e indicó que los resultados finales de la investigación serán hecho públicos cuando se termine todo el trabajo.
Desde que el fiscal alemán señalara a Brueckner como principal sospechoso, en junio de 2019, no ha logrado aportar ninguna prueba contundente contra él a pesar de afirmar que el caso estaba prácticamente resuelto. Sin embargo, ni ha interrogado al sospechoso ni ha proporcionado información a su abogado de las evidencias que supuestamente tienen contra él.
La realidad del caso es que Wolters tiene la certeza de que se encuentra ante el autor pero todavía no puede probarlo. A pesar de ello, se ha atrevido a afirmar que sabe que Brueckner secuestró a Madeleine en los apartamentos de Praia da Luz y la mató poco después en Portugal. El trabajo de estos dos años ha avanzado muy lentamente y en ciertos momentos parecía que se ponía en riesgo la investigación. Uno de los hechos más llamativos es que el fiscal alemán todavía no haya interrogado al sospechoso, uno de los pasos fundamentales en todas las investigaciones.
Pero Wolters sabe que Brueckner, que cumple condena en Wolfenbüttel, no va a colaborar con la justicia y que va a seguir negando los hechos -tal y como ha expresado su abogado en numerosas ocasiones-, por lo que necesita tener pruebas lo suficientemente contundentes contra él para tratar de presionarle y lograr una confesión, y con suerte, que desvele lo que hizo con Madeleine McCann y dónde abandonó el cuerpo.
Las principales pruebas contra Brueckner
Los datos clave conocidos hasta ahora se centran en el testimonio de un amigo suyo, que declaró que soñaba con secuestrar a un niño para abusar sexualmente de él. sus numerosos antecedentes policiales por abusos sexuales, la declaración de su novia en la que desveló que la noche anterior a la desaparición de la menor británica Breckner le anunció que tenía que hacer un “trabajo” que le obligaría a permanecer desaparecido durante un tiempo. Pero la pista que más peso tiene es el posicionamiento de su teléfono, que sitúa al pedófilo alemán muy cerca de los apartamentos donde veraneaban Kate y Jerry McCann con sus hijos en la franja horaria en la que se produjo el secuestro de Maddie.
Brueckner realizó una llamada de 30 minutos a las 21:00 horas y Madeleine desapareció en ese horario. Sus padres se dieron cuenta de la terrible situación alrededor de las 22:00. La duda que tienen los investigadores es si el principal sospechoso actuó sólo o tenía un encargo de alguien. El secuestrador tenía que tener información de que los padres de Madeleine cenaban con unos amigos (dos parejas) todas las noches en el Tapas bar, en la misma mesa. Que lo hacían en esa franja horaria. Tenían reservada siempre la misma mesa y a la misma hora, tal y como figuraba en una pizarra a la entrada del restaurante.
La noche del 3 de mayo de 2007, se organizaron para ir a visitar a los niños cada media hora. Así lo hicieron. Pero a pesar de ello, cuando Kate fue a ver cómo estaban sus hijos, se dio cuenta de lo ocurrido. La puerta no estaba forzada pero alguien había logrado entrar sin despertar a los gemelos y se había llevado a Madeleine. Lo cierto es que la mujer de uno de los matrimonios amigos de los McCann afirmó haber visto a lo lejos, en penumbra, a un hombre con un niño pequeño en brazos y en pijama. Pero no la dio importancia. Pensó en que se trataba de un turista como ellos, que había salido a cenar y que su hijo, como le había pasado a ella varias veces, había caído rendido después de un día de piscina y playa.
Brueckner llegó en 1995 a Portugal y se instaló en una casa de campo situada a unos 10 kilómetros de los apartamentos de los McCann. Dos meses antes de la desaparición dejó la casa y se instaló en su autocaravana. Los investigadores encontraron en la casa -que parecía que había sufrido un saqueo- varios discos duros con material pedófilo y ropa y disfraces de niño.La furgoneta no se encontró hasta más de un año después en un desguace en Alemania, pero no se encontraron evidencias importantes en ella.
En cambio, Wolters sigue defendiendo que el caso está a punto de resolverse. Mientras tanto tanto Kate y Gerry tratan de mantener viva la llama de la esperanza. Hace tan sólo unos días, en la fecha en la que Madeleine habría cumplido los 18 años juraron que nunca dejarían de buscar y que se aferran a la esperanza “por pequeña que sea”, de volver a ver a su hija. ”Cada mes de mayo es difícil: un recordatorio de los años pasados, de los años juntos perdidos o robados. Este año es particularmente conmovedor ya que deberíamos estar celebrando el 18 cumpleaños de Madeleine”, dijeron en la página web oficial de la búsqueda de Madeleine.
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