Desaparición
Un prestigioso vidente señala el lugar exacto en el que dice que está Madeleine McCann
La Policía investiga una pista de Michael Schneider, que ha localizado los cuerpos de varias personas desaparecidas
La Policía alemana está convencida de que Christian Brueckner secuestró a Madeleine McCann, la asesinó y se deshizo del cuerpo en Portugal. Así lo indicó hace poco más de dos semanas el fiscal jefe Hans Christian Wolters, responsable de la investigación del caso de la menor británica desaparecida hace 14 años en unos apartamentos de la localidad portuguesa de Praia da Luz.
Después de esta afirmación, los investigadores se han centrado en la búsqueda de pistas sobre el paradero de Maddie en las zonas cercanas. Cualquier pista puede ser relevante en la resolución del caso, atascado desde hace meses, sin avances. Los investigadores alemanes señalaron a Brueckner en junio de 2019 pero no han aportado ninguna pista contra él.
En este punto ha aparecido la figura de Michael Schneider, de 50 años, un ex reportero más conocido últimamente por sus labores como clarividente, que ha señalado un punto exacto en un bosque situado a unos 10 kilómetros de Praia da Luz, en el que dice que es dónde está enterrado el cuerpo de Madeleine, pista que la policía alemana ha comenzado a investigar.
El clarividente alemán es consciente de la importancia que pueden tener sus afirmaciones y declaró a Mirror que “No he dado la información a la ligera y sin cuestionarme constantemente lo que he dicho porque soy muy consciente de la responsabilidad que supone lo que hago”.
Su forma de trabajar siempre es la misma. Recopila fotografías de la persona desaparecida, las analiza y le pregunta a Dios si “este ser está vivo o muerto”. Después, abre un atlas geográfico o simplemente abre la aplicación Google Maps y va navegando por los mapas con los dedos hasta que se detienen en un lugar. Ahí es dónde se debe buscar.
Schneider ha colaborado con la policía en varios casos y este año ya ha logrado resolver casos de personas desaparecidas en Alemania e Italia. El mes pasado logró ubicar el lugar exacto del cadáver de una mujer desaparecida en Alemania. Fue encontrada colgada de un árbol 36 horas después de que Schneider le diera a la policía la ubicación exacta. A principios de año, encontró los cuerpos de Pear Neumair y Laura Perselli, una pareja italiana asesinada por su hijo en el domicilio familiar el 4 de enero. Después, el parricida arrojó los cuerpos al río Adige.
Schneider contactó con las autoridades alemanas hace un mes y ha tenido que luchar contra los prejuicios de las autoridades, muy habituadas a que presuntos videntes ofrezcan sus servicios a cambio de dinero. A lo largo de estos 14 años de investigaciones, se trabajó en más de 100 pistas aportadas por videntes, lo que finalmente quedó demostrado como una gran pérdida de tiempo y de recursos.
Más recientemente, en 2017, la familia trató de ser extorsionada por la vidente Susan Kelly. “Tengo sueños desde hace tiempo y no estaba segura de que pudieran ser tomados en serio. Ahora estoy segura de que puedo revelar el contenido. Si están interesados, háganme una oferta individual por cada uno los tres sueños”. De esta manera tan burda y cruel se dirigió la supuesta vidente a Kate y Gerry para tratar de aprovecharse de su dolor y desesperación por poder lograr una pista para poder reencontrarse con su hija.
Pero el caso de el clarividente alemán es distinto. “A menudo la gente piensa que soy un bicho raro o simplemente piensan que intento sacar provecho económico de esto pero nunca he aceptado dinero. En su reunión con los investigadores fue muy claro sobre Madeleine McCann: “lamentablemente está muerta y enterrada en Portugal, al noreste de Lagos”. En ese encuentro, Schneider ofreció las coordenadas exactas en las que debían buscar a la niña británica.
Kate y Gerry McCann llevan 14 años buscando a su primogénita, que el pasado mes de mayo habría cumplido la mayoría de edad. En una fecha tan señalada, indicaron que seguirán buscándola el resto de su vida y juraron que nunca perderían la esperanza.
Investigación en marcha pero con pocos avances
Desde que Hans Christian Wolters señalara a Brueckner, muchas han sido las pistas seguidas por los investigadores, pero ninguna ha servido para poder armar una estrategia lo suficientemente contundente como para poder llevarle a juicio. De momento, las revelaciones más importantes son los antecedentes del pedófilo alemán, que cumple codena por la violación de una mujer norteamericana en Portugal y su vinculación con otros casos de abusos sexuales en Alemania y en el Algarve portugués.
Brueckner era un superviviente. Llegó a Portugal después de cumplir condena por abusos sexuales a un menor en su país de origen. Pasó más de 10 años en Portugal pero viajaba frecuentemente a Alemania. En el país vecino, vivía del trapicheo, del comercio ilegal de gasóleo, compraventa de coches usados.... y de robar en los apartamentos turísticos. era conocido por su facilidad para escalar y colarse en las casas, incluso cuando estaban los turistas dentro. Sus instintos más primitivos le llevaban a robar pero también a tratar de cumplir sus perversiones. Así es como violó a la septuagenaria norteamericana. Pero hubo muchos más casos de abusos, pero no todos fueron denunciados.
El alemán vivía en una casa de campo que abandonó meses antes de la desaparición de Madeleine para vivir en su autocaravana. En el registro de la vivienda se encontró numeroso material pedófilo, ropa de niños... pero nada que lo pudiera relacionar con los abusos.
Una de las pistas clave fue aportada por uno de sus amigos en Portugal, que declaró que Brueckner siempre alardeaba de que abusaría de una niña pequeña. Lo definió como un monstruo. No aportó ninguna pista pero su testimonio sirvió para centrarse en él como principal sospechoso.
La noche previa a la desaparición
Otro de los momentos importantes se produjo la noche antes de la desaparición de la pequeña. Brueckner cenó con su novia y le dijo que al día siguiente tenía una importante misión, que le obligaría a mantenerse escondido durante un tiempo. El día de la desaparición, el teléfono portugués de Brueckner le situó cerca de los apartamentos de Praia da Luz en los que pasaban nos días los McCann. Concretamente, hizo una llamada a las 21 horas, de 30 minutos, que es la que ha tenido en vilo a los investigadores durante muchos meses. el problema es que nunca pudieron localizar al interlocutor porque el dispositivo era de un ciudadano portugués con un nombre muy común, por lo que el rastreo se hacía imposible.
La última pista es la que dio uno de los turistas que veraneaban con los McCann, que afirmó haber visto a un hombre con una niña pequeña en brazos que iba en pijama. En un primer momento no le dio importancia, pero luego cayó en la cuenta de que podría haber presenciado la huida del secuestrador, cuyo físico se asemejaba al de Brueckner pero que no pudo confirmar si era el pedófilo alemán porque no le pudo ver la cara por encontrarse a una distancia importante y en una zona de penumbra.
Ahora, sólo queda esperar. La investigación prosigue. La pista de Schneider podría ser clave, pero no se descartan otras líneas de investigación. De hecho, las autoridades portuguesa, alemana y británica preparan una nueva reunión de alto nivel para los próximos meses para poner puntos en común. Las anteriores no acabaron bien y todas las partes acabaron echando la culpa a los otros del fracaso del caso. Los portugueses acusaron a los alemanes de prepotencia y de tratar de liderar un proyecto en el que no aportaban ni una sola pista. Los británicos insistieron en la mala instrucción del caso de los portugueses, que evitó haber recopilado pruebas que ahora serían fundamentales.
En este punto, los McCann siguen esperando en casa a ver cómo evoluciona todo y tratando que los hermanos de Madeleine lleven lo mejor posible esta tortura. No pierden la esperanza de reencontrarse con Madeleine, pero también necesitan cerrar una herida que lleva demasiado tiempo abierta y poder pasar página, si es que alguna vez pueden.
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