Países Bajos

Muere el periodista neerlandés que fue víctima de un tiroteo la semana pasada

El atacante disparó cinco veces y uno de los disparos alcanzó la cabeza de De Vries

El reportero murió a los 64 años, en presencia de su familia en un hospital de Ámsterdam. AP
El reportero murió a los 64 años, en presencia de su familia en un hospital de Ámsterdam. APPeter DejongAP

“No se puede ser libre viviendo arrodillado”. Ésta era la máxima del periodista holandés Peter R de Vries, quien acabó falleciendo ayer a la edad de 64 años tras haber pasado desde el pasado día 6 de julio debatiéndose entre la vida y la muerte.

El periodista fallecido fue tiroteado en el centro de Ámsterdam cuando abandonaba los estudios de televisión tras haber participado en un programa. Era un conocido experto en el crimen organizado en el país y por eso era requerido para participar como analista. El atacante disparó cinco veces y alcanzó la cabeza del veterano periodista, lo que acabó resultando fatal.

Tras este tiroteo, la policía holandesa detuvo la semana pasada a dos personas que se habían dado a la fuga y se encuentran arrestadas a la espera de juicio. Todavía se están investigando los motivos del asesinato, pero todo indica que los reportajes de este periodista sobre las redes mafiosas son el móvil del crimen. Uno de los arrestados es un hombre de 35 años de nacionalidad polaca y que presuntamente era el conductor del vehículo en el que los sospechosos se dieron a la fuga y el otro es un joven holandés de 21 años con antecedentes policiales desde que era adolescente.

El país está conmocionado con esta muerte mientras la prensa internacional descubre una Holanda menos idílica de lo acostumbrado. El país de los tulipanes y los zuecos, conocido por sus amplias cotas de bienestar, guarda también sus fantasmas en el armario. Precisamente De Vries se sumergió como pocos en las pozos más oscuros de la sociedad holandesa desde que era muy joven. En el año 1983 cubrió el famoso secuestro de Heineken, lo que le valió las amenazas del secuestrador e inspiró al periodista para acabar escribiendo una novela que después se convirtió en película.

Llegó a tener un programa en televisión con su propio nombre. En el año 2019, la policía le informó de que estaban en la lista de objetivos del criminal más buscado del país, el traficante Ridouan Taghi. La cadena pública holandesa informó de que el periodista estaba asesorando a Nabil B, uno de los testigos del caso. El abogado del Nabil B había sido  asesinado delante de su casa en Ámsterdam en septiembre de 2019. Aunque al periodista se le había ofrecido la posibilidad de tener escolta, lo había denegado al considerar que esto coartaba su libertad.

Desde que fue atacado el pasado día 6, el lugar de los hechos se ha convertido en un enclave de peregrinación para los numerosos admiradores de su trabajo que durante estos días han llevado flores o tarjetas con mensajes de ánimo, con la esperanza de que el periodista acabara sobreviviendo.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, aseguró ayer que la muerte de De Vries “es casi imposible de comprender” y le calificó de “siempre dedicado, tenaz, sin miedo a nada ni nadie, siempre buscando la verdad y defendiendo la justicia”, lo que hace “que sea aún más dramático que él mismo se haya convertido ahora en víctima de una gran injusticia”.

Las autoridades el país parecen decididas a investigar quién está detrás del ataque, que recuerda el modus operandi habitual en los ajustes de cuentas del crimen organizado. “Le debemos a Peter R. de Vries garantizar que se haga justicia. Haremos todo lo posible para combatir el crimen por todos los medios posibles. Este acto cobarde no debe quedar impune”, añadió Rutte.

“El asesinato de Peter R. de Vries es nada menos que un ataque directo a nuestra sociedad, pero también es la muerte de un valiente luchador contra la injusticia”, aseguró el ministro de Justicia, Ferdinand Grapperhaus,