Otra Guerra Fría
Rusia rompe el último nexo con la OTAN y cierra su embajada
Moscú responde así a la expulsión de ocho diplomáticos rusos acusados de espionaje en la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas
Este lunes se materializó lo que hasta entonces había sido un secreto a voces, Rusia cortaba sus lazos (los pocos que quedaban) con la OTAN, llevando la nueva Guerra Fría a un estado tan desconocido como inquietante. Así lo anunciaba contundente en una rueda de prensa, el ministro de Exteriores de la Federación de Rusia, Sergei Lavrov, respondiendo a la expulsión, el pasado día 6, de ocho diplomáticos rusos de la embajada de Rusia ante la OTAN bajo la acusación de espionaje, afirmando que «en respuesta a las acciones de la OTAN cesamos las actividades de nuestra misión permanente ante la Alianza, incluyendo el trabajo de nuestro principal representante militar, a partir del 1 de noviembre».
Además, el Kremlin clausurará la misión de enlace militar de la Alianza Atlántica en Moscú y la oficina de información de la OTAN, que se encuentra en la Embajada de Bélgica en la capital rusa, a partir de esa misma fecha. Las relaciones entre Rusia y la OTAN se encuentran en punto muerto después de un largo período en el que ha sido imposible llegar a un mínimo entendimiento, con la Alianza Atlántica avanzando hacia el bloque del Este y armando a antiguas repúblicas de la Unión Soviética que comparten frontera con el gigante euroasiático. Con el lamento de Moscú recordando que las rotas promesas de la Alianza Atlántica aseguraban no cebarse con los antiguos miembros del Pacto de Varsovia al desmembrarse la URSS. Acusaciones mutuas de agresividad desde la paralización de toda cooperación práctica en el año 2014 emprendida por la OTAN en respuesta a las «acciones agresivas» de Moscú en Ucrania con la anexión de la península de Crimea y el apoyo del Kremlin a los rebeldes prorrusos en el conflicto en el este de ese país (Donbás).
El pasado día 6, la OTAN confirmó la expulsión de ocho diplomáticos rusos de la Embajada de Rusia ante la Alianza tras acusarlos de ser presuntos espías, para Moscú agentes de inteligencia no declarados. Como consecuencia inmediata, la Alianza Atlántica redujo, a diez la cantidad total de diplomáticos que Rusia puede acreditar ante el organismo de seguridad colectiva. Un día antes de producirse esta ruptura definitiva, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, había reconocido que las relaciones entre la organización a la que representa y Rusia atravesaban «su punto más bajo desde el final de la Guerra Fría», con Moscú cada vez «más agresivo» en el exterior y más «represivo» a nivel doméstico.
Poco después, Moscú ya avisó, a través del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, de que dichas acciones «no podían crear falsas ilusiones acerca de la posibilidad de normalizar las relaciones y retomar el diálogo con la OTAN. Más bien, las socavaban casi por completo». En 2018, la OTAN ya expulsó a siete diplomáticos rusos como represalia al supuesto envenenamiento del ex espía ruso Sergei Skripal en Salisbury, al sur de Inglaterra. El Kremlin siempre ha criticado que las declaraciones de la OTAN sobre Rusia son «contradictorias», porque por una parte hablan del deseo de normalizar relaciones y, por otra, emprenden acciones que impiden avanzar en esa dirección.
A pesar del cese de colaboración, Moscú ha autorizado al embajador de Rusia en Bélgica establecer contacto con la Alianza «en caso de absoluta necesidad», aseguraba el ministro Lavrov, esperando que uno de los embajadores de los países de la OTAN ejerza la misma tarea en Moscú. Asimismo, el máximo representante de Exteriores ruso recordó que en los últimos seis años la representación rusa ante la Alianza se redujo en 2015 y en 2018, confirmando «que la OTAN no está interesada en ningún diálogo en igualdad de condiciones, ni en ningún trabajo conjunto».
La OTAN lamentó la decisión de Rusia suspender el trabajo de su misión diplomática ante la Alianza. «Hemos tomado nota de la decisión de Rusia de suspender el trabajo de su misión diplomática ante la OTAN, y de la Misión de Enlace Militar de la OTAN en Moscú, y de cerrar la Misión de Información de la OTAN en Moscú. Lamentamos estas medidas», dijo a Efe la portavoz de la organización de seguridad colectiva, Oana Lungescu. La portavoz recordó que «la política de la OTAN respecto a Rusia sigue siendo coherente».
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