Más sanciones
Polonia blinda su frontera contra la avalancha migratoria
Bruselas no descarta financiar con fondos propios vallas y muros para frenar la ola de inmigrantes hostigada por Lukashenko
Las fuerzas bielorrusas comandadas por Alexander Lukashenko siguen empujando a cientos de inmigrantes hacia el límite oriental de Polonia, trasladados en autobuses desde Minsk y abandonados en un bosque cerca del paso fronterizo de Kuznica. Europa vuelve a tener un campamento de migrantes a las puertas de sus fronteras. Por tercer día consecutivo, unas 4.000 personas pasaron la noche con temperaturas de hasta -4 grados.
La densa niebla que se estanca durante la noche y madrugada hacen que varias de las personas que están atascadas en la frontera se dividan en grupos e intenten simultáneamente cruzar la frontera burlando la seguridad militar. Durante la última noche, las Fuerzas de Seguridad polacas frustraron 599 intentos de cruce. La zona de exclusión de tres kilómetros, fuertemente militarizada, se ha ido extendiendo de manera informal hasta Hajnowka, la última ciudad antes de la frontera y a 20 kilómetros de distancia.
Los controles en carretera a vecinos, ONG y voluntarios que se mueven por la zona son constantes. La Policía local hace comprobaciones aleatorias, rápidas, sin tiempo para comprobar la documentación, piden a los ocupantes de los vehículos que hablen polaco como salvoconducto para seguir con su camino sin más preguntas. Aun así algunos migrantes logran cruzar la frontera y atravesar Polonia hasta Alemania. Berlín informó de la creación de puntos de información migratoria en la frontera.
El despliegue de 15.000 efectivos por parte de Polonia en la frontera oriental de la OTAN y la constante presencia de los militares bielorrusos que hacen de valla humana hacen temer una escalada. La canciller alemana, Angela Merkel, pidió hoy a Vladimir Putin «actuar» contra «la instrumentalización de los migrantes por parte del régimen de Bielorrusia». Morawiecki ya apuntó a Putin como principal patrocinador de la crisis fronteriza. Mientras tanto, el Ministerio del Interior ruso informó ayer del vuelo de dos bombarderos Tu-22m3 de largo alcance de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas realizando patrullas en el espacio aéreo de Bielorrusia.
Desde el inicio de la crisis en julio, las instituciones europeas y la OTAN han respaldado las decisiones de Varsovia. La sintonía perdida durante años de enfrentamiento por las reformas judiciales en Polonia vuelve, al menos durante las últimas semanas, a la escena política. El primer ministro polaco se reunió ayer con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Con otro semblante, el funcionario europeo cambió de registro y apoyó a Polonia. Mateusz Morawiecki dijo que Europa debía «aumentar la presión y aplicar mayores sanciones. Tenemos que hablar sobre el bloqueo efectivo de los vuelos desde los países de Oriente Medio a Bielorrusia e iniciar una acción diplomática desde el nivel de la UE en las capitales de los países de Oriente Medio».
La UE, con Josep Borrell a la cabeza como Alto Representante, ya ha empezado el diálogo con los países de Oriente Medio que más vuelos tienen con Minsk para detener el flujo de migratorio.
«Esta es una manifestación del terrorismo de Estado, también es una venganza silenciosa de Lukashenko porque apoyamos las elecciones democráticas en Bielorrusia. Me alegro de que hoy toda la UE hable con una sola voz», indicó el primer ministro polaco en la conferencia con el jefe del Consejo Europeo.
Michel expresó la «solidaridad de toda la UE hacia Polonia». Remarcó que «ante tal ataque, debemos actuar con firmeza y unión». «Esta es una situación muy grave, por lo que se debe actuar con rapidez. En los próximos días consideraremos acciones que tendrán un impacto real en Bielorrusia», aseveró. Añadió que en la frontera se debe «actuar solidariamente ante un ataque híbrido».
En la capital comunitaria no se descarta que esta nueva ronda de castigos pueda estar lista para el Consejo de Exteriores que se celebra el próximo lunes.
Michel abrió este miércoles la puerta a que estas sanciones incluyan a los países de origen y tránsito que se niegan a colaborar con Bruselas a la hora de frenar estos movimientos de migrantes masivos que tienen como objetivo desestabilizar el club comunitario.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ya señaló dentro de los posibles sancionados a compañías aéreas de países terceros que están facilitando estos viajes patrocinados por Bielorrusia. Todos los ojos están puestos en la turca Turkish Airlines y la rusa Aeroflot, que no han cesado sus vuelos desde Oriente Medio hasta Minsk, a pesar de las advertencias de los Veintisiete.
En su visita a Varsovia, Michel también abrió la puerta a que la UE pueda financiar muros y vallas para impedir la inmigración. Una posibilidad que fue rechazada de manera tajante por la Comisión Europea en la pasada cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete en octubre, a pesar de las presiones de los países del Este y los bálticos. «Hemos abierto el debate sobre la financiación de infraestructuras físicas de las fronteras con dinero de la Unión Europea. Es algo que debe resolverse rápidamente. Las fronteras bálticas y Polonia son fronteras de la UE. Uno para todos y todos para uno», aseguró Michel en presencia del primer ministro polaco tras recalcar en que esta posibilidad «es legalmente posible». Hasta el momento, la Comsión había insistido en que los países europeos tan solo pueden utilizar los fondos comunitarios para infraestructuras fronterizas (1.600 millones de euros entre 2014-2019) para la gestión de las fronteras, soporte informático de vigilancia, drones y equipos de Frontex, pero no para construir nuevos muros.
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