Reino Unido

El extraño discurso de Boris Johnson en el que acabó elogiando a Peppa Pig

El primer ministro anima a los ejecutivos a visitar el parque temático de Peppa Pig, a la que elogia como modelo creativo de la economía británica

Boris Johnson
Boris JohnsonDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

El padre de Boris Johnson siempre ha dicho que Reino Unido no puede tener un primer ministro mejor que alguien que, siendo adolescente, se atrevió a improvisar al mismo Shakespeare en una función del colegio. La anécdota dio para mucho. Pero hoy se vio eclipsada por otro episodio aún más rocambolesco. Al perder sus notas ante un importante discurso ante empresarios, el inquilino de Downing Street acabó hablando de Peppa Pig

El problema es que en esta ocasión no tuvo gracia. El lapsus, que en otras circunstancias habría jugado a su favor, coincide con un momento especialmente delicado para el líder “tory”, criticado por sus propias filas por su gestión de una crisis de “corrupción” con los parlamentariosque cobran por segundos trabajos fuera del Parlamento, acusaciones de cambios de política en el tren de alta velocidad y rebeliones ante los planes de asistencia social. En definitiva, fue la mejor metáfora para mostrar que Johnson está perdiendo el control. En todos los sentidos.

El viaje del líder “tory” al puerto de Tyne, el norte de Inglaterra, tenía una doble función. Primero, hablar ante la Confederación de la Industria Británica en plena era post Brexit y de recuperación ante pandemia. Segundo, visitar el llamado Muro Rojo, clave para la mayoría absoluta conseguida en las últimas generales, cuando muchos votantes laboristas le mostraron su apoyo. Pero la jornada dejó los titulares más anodinos porque no se habló de ninguno de los dos asuntos. Todo el protagonismo se lo llevó su gran confusión.

El “premier” comenzó su intervención asegurando que el Gobierno “no puede arreglar todo” en momentos de crisis y que “el verdadero motor del crecimiento debe ser la energía, el dinamismo y la originalidad del sector privado”. Pero minutos más tarde, pese a su gran poder de improvisación, se le notó perdido intentando organizar sus notas, suspirando “maldita sea” y murmurando repetidamente “perdonadme”.

Y fue entonces cuando, ante la cara de sorpresa de los asistentes, se puso hablar del parque temático dedicado a Peppa Pig, al que puso como modelo para la economía y como símbolo del “poder de la creatividad del Reino Unido”. “Me encantó. Peppa Pig World es mi tipo de lugar: tiene calles muy seguras, disciplina en las escuelas”. El “premier” preguntó incluso a los ejecutivos que levantaran la mano si habían estado en el parque temático de Hampshire. “Me sorprende que no hayan estado allí”, dijo. “¿Quién hubiera creído que un cerdo que parece un secador de pelo o posiblemente un secador de pelo tipo Picasso, un cerdo que fue rechazado por la BBC, ahora se exportaría a 180 países con parques temáticos tanto en Estados Unidos como en China?”.

Alabando un negocio que aporta “al menos 6.000 millones de libras para este país”, recalcó: “Creo que eso es pura genialidad, ¿no? Ningún Gobierno del mundo, ningún funcionario de Whitehall [donde se encuentran todos los ministerios], habría ideado a Peppa”. Todo resultó surrealista.

La propia BBC le preguntó sobre el tema dejando una conversación de lo más inaudita: “Perdió sus notas, su sitio, se desvió por la tangente hablando sobre Peppa Pig, ¿primer ministro está todo bien?”. A lo que él respondió: “Creo que la gente entendió los puntos principales. Salió bien”.

No todos están de acuerdo. “Los parlamentarios conservadores estaban preocupados la semana pasada de que el número 10 estuviera perdiendo el control. No estoy seguro de que alguno de ellos se sienta ahora mejor después de este discurso”, advirtió la editora política de la BBC, Laura Kuenssberg.