Reino Unido
Racismo, homofobia y sexismo dentro de la Policía londinense tras la dimisión de Cressida Dick
La jefa del Scotland Yard presenta su renuncia después de que ordenara abrir una investigación sobre las fiestas de Boris Johnson
La jefa de Scotland Yard,Cressida Dick, ha caído en desgracia pocos días después de que ordenara abrir una investigación sobre las fiestas del primer ministro Boris Johnson en Downing Street durante los días duros del confinamiento. Pero también después de una serie de escándalos en los que se mezclan racismo, homofobia y sexismo y que han marcado a fuego la carrera al frente de la policía de Londres de la que ha sido la primera mujer en dirigir Scotland Yard y la agente de mayor rango del Reino Unido.
Dick dimite después de que el alcalde de Londres, Sadiq Khan, haya dicho que ha perdido confianza en el liderazgo de la inspectora, si bien Khan descartó que tuviera algo que ver con la investigación sobre el primer ministro.
Dick, que fue nombrada comandante de la Orden del Imperio Británico en 2015, ha anunciado su renuncia en medio de una “gran tristeza”. “Ahora trabajaré en estrecha colaboración con la ministra de Interior (Priti Patel) en el nombramiento de un nuevo comisionado para que podamos restaurar de manera rápida la confianza en la Policía de la capital”, ha dicho Dick.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha reaccionado a la noticia a través de su perfil de Twitter, desde donde ha agradecido a Dick su “gran dedicación” a lo largo de “muchas décadas” para hacer las calles “más seguras”.
Cressida Dick creció en Oxford y se universidad en la prestigiosa universidad de la ciudad. Obtuvo la licenciatura en 1982 y tras un breve período trabajando de contable, se unió al Met -la policía metropolitana de Londres- en 1983. Comenzó a patrullar en el extremo oeste de Londres y trabajó como sargento en el suroeste de Londres e inspectora durante cinco años en Peckham. Se unió a la Policía de Thames Valley como superintendente, donde supervisó la comisaría en su ciudad natal de Oxford. Después de un breve descanso, Cressida regresó al Met en 2001 como comandante.
Su renuncia al frente de Scotland Yard se produce no solo en medio del escándalo de las fiestas en el número 10 de Downing Street en plena pandemia, sino también entre las críticas de quienes no creen que haya podido atajar una serie de escándalos de racismo, homofobia y sexismo dentro de la Policía londinense, entre ellos el asesinato de Sarah Everard por parte del oficial de la policía Wayne Couzens, ya encarcelado.
La misoginia, la discriminación, la intimidación y el acoso sexual en todos rangos de Scotland Yard fueron puestos de relieve en un informe condenatorio de la Oficina Independiente de Conducta Policial (IOPC) .
Uno de los momentos delicados de la carrera de Cressida Dick se produjo en medio de la denominada Operación Midland, que dio credibilidad a las denuncias de abuso sexual infantil por parte del pedófilo Carl Beech. A pesar de escuchar al oficial decir esto y saber que “fue un error”, Cressida Dick admitió que no había hecho nada para corregirlo. La policía tuvo entonces que pagar una compensación a varias personas, cuya reputación se había visto injustamente manchada por las mentiras de Beech. Cressida Dick había sido responsable de supervisar al oficial investigador que dijo que las acusaciones hechas por Beech eran “creíbles y verdaderas”.
Ello no impidió que Dick ascendiera de rango, incluso en medio del persistente rumor sobre acusaciones contra el Met de racismo institucional y corrupción.
Según informa la BBC, varias víctimas escribieron una carta abierta acusando a Cressida Dick de “presidir una cultura de incompetencia y encubrimiento”. La baronesa Lawrence, cuyo hijo Stephen fue asesinado en un ataque racista , y Lady Brittan, cuya casa fue allanada cuando su esposo fue acusado falsamente de abuso infantil, fueron dos de los firmantes de la queja.
El periodista Bethan Bell escribe en la BBC que aunque “Cressida no es personalmente responsable de los errores cometidos por sus agentes, ella era la jefa de la organización que, aunque sin darse cuenta, facilitó los crímenes de Wayne Couzens”. También asegura que la jefe de Scotland Yard que trataba el comportamiento sexual, violento y discriminatorio como “bromas”.
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