México

López Obrador no consigue derrotar al narcotráfico

Una ola de ataques a civiles, bloqueos de carreteras y quema de negocios en varios estados cuestionan la estrategia de seguridad del presidente mexicano

Liliana Moreno Holguín, policía mexicana originaria del pueblo rarámuri, en Ciudad Juárez (México)
Liliana Moreno Holguín, policía mexicana originaria del pueblo rarámuri, en Ciudad Juárez (México)Luis TorresAgencia EFE

México vivió una ola de violencia del narcotráfico con tiroteos contra la población civil, ataques a comercios con bombas molotov, quema de vehículos que desde la semana pasada ha abierto el debate sobre la estrategia de seguridad del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y la capacidad de los cárteles del narcotráfico para atemorizar a una población tristemente acostumbrada a la violencia del crimen organizado.

Los tiroteos indiscriminados contra los clientes de varias tiendas el pasado 11 de agosto en Ciudad Juárez provocaron 11 muertos, entre ellos un menor, y 12 heridos. La violencia del narco que atemorizó a los vecinos de esta localidad de 1,5 millones de habitantes fronteriza con Nuevo México (EEUU) se sumaron a los enfrentamientos dos días antes entre el ejército y grupos de narcotraficantes en Jalisco, en la frontera noroeste, por la detención de cinco líderes del crimen organizado.

Los bloqueos de carreteras y la quema de autobuses, taxis y coches de particulares en Tijuana, Mexicali, Tecate y Ensenada un día después fueron una muestra más “del poder político que quiere lograr el narcotráfico extorsionando a las autoridades atacando a la población civil”, señala a LA RAZÓN Juan Salgado, experto en seguridad y justicia penal del World Justice Project. Uno de los detenidos es Ricardo Ruiz Velazco, alias ‘Doble R’ o ‘El Tripa’, lugar teniente del poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Un presunto narcotraficante murió en los tiroteos con las autoridades. Las autoridades arrestaron a 17 personas por unos actos que muchos medios califican de “narcoterrorismo”.

López Obrador defiende que es una “respuesta a los avances en seguridad” y acusa a los medios y la oposición de “exagerar”. El gobierno de EEUU ha recomendado a sus ciudadanos no viajar a seis estados mexicanos. AMLO insiste en que “se está avanzando en la transformación a pesar de la banda de malhechores que causó tanto daño al país”.

Durante la oleada de violencia que se vivió en México del 10 de agosto al pasado domingo 14 de agosto, 341 personas fueron asesinadas en todo el territorio nacional, revelan datos oficiales del gobierno de México. Un Informe del ministerio de Seguridad y Protección Ciudadana advierte que el 39% de los asesinatos ocurrieron en los estados de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Chihuahua y Baja California. Javier Oliva, investigador en Seguridad Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica a LA RAZÓN que “lo que vimos indudablemente fue inédito por el nivel de violencia contra la población civil y la sincronización de los ataques”.

Sin embargo, Oliva rechaza el término “narcoterrorismo” para definir la ola de violencia en México: “Sin duda los cárteles buscan atemorizar a la población. Pero llamarles terroristas es hacerles un favor. Les conceder una cierta legitimidad ideológica o de reivindicación. Los narcos solo buscan proteger su negocio sin ningún proyecto social. Asesinan, secuestran y extorsionan. Arrasan con todo”. El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, defendió que “la estrategia está dando resultados”. López calificó de la ola de violencia como “hechos propagandísticos” del crimen organizado: “No son atentados terroristas, no hay que magnificar los hechos. No debe verse más allá de la propaganda”.

Número de homicidios en México desde 1990 comparando los gobiernos de los últimos seis presidentes mexicanos. De izquierda a derecha: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Los homicidios en México aumentaron significativamente desde que el expresidente Calderón lanzó en diciembre de 2006 la "guerra contra el narco". AMLO ha registrado las peores cifras de homicidios de los últimos 30 años.
Número de homicidios en México desde 1990 comparando los gobiernos de los últimos seis presidentes mexicanos. De izquierda a derecha: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Los homicidios en México aumentaron significativamente desde que el expresidente Calderón lanzó en diciembre de 2006 la "guerra contra el narco". AMLO ha registrado las peores cifras de homicidios de los últimos 30 años.Instituto Nacional de Estadística y Geografía mexicano (Inegi) / LA RAZÓNInstituto Nacional de Estadística y Geografía mexicano (Inegi) / LA RAZÓN

Los ataques del narco en Ciudad Juárez en los que perdieron la vida 10 adultos y un niño se produjeron tras una pelea en esta cárcel entre Los Mexicles y Los Chapos en la que dos reclusos perdieron la vida.

Las autoridades mexicanas sospechan que los tiroteos y los comercios incendiados en Ciudad Juárez fueron ordenados por Ernesto Alfredo Piñón, alias ‘El Neto’, líder del cártel Los Mexicles preso desde 2009 en el Centro Estatal de Reinserción Social, para evitar su traslado a otra prisión.

El presidente López Obrador no desmintió esa teoría: “Sucedieron cosas extrañas en la cárcel de Ciudad Juárez. No querían que intervinieran los militares. Vamos a investigarlo a fondo”. Oliva subraya que “es necesario una reforma a fondo del sistema penitenciario para poner orden en las prisiones”: “En las noches salen a delinquir y durante el día vuelven con sus prostitutas, alcohol y drogas a estar en las prisiones bien resguardados. Se debe afrontar el problema de la corrupción policial”.

Quejas de activistas

Varias organizaciones civiles y activistas por los derechos humanos, entre ellas Cecilia Patricia Flores de Madres Buscadoras de Sonora, solicitaron este martes frente al Museo de Memoria y Tolerancia de Ciudad de México apoyo a las Naciones Unidas para que se reconozca la situación de conflicto interno violento en México. El académico de la UNAM señala que “las matanzas indiscriminadas de civiles suelen ser una reacción por la detención de un líder de narco o por obstaculizar sus fuentes de ingresos”. La Fiscalía de Chihuahua confirmó el miércoles la puesta en libertad de dos de los 10 detenidos por no encontrar vinculación con los actos violentos. Otro de los detenidos murió este martes en el hospital por las heridas sufridas al intentar huir de los agentes.

Tras varios días de calles semivacías y comercios cerrados, esta semana Ciudad Juárez ha ido recuperando la normalidad. La recrudecida violencia del narco ha agitado el debate sobre la estrategia de seguridad del gobierno mexicano basada en el despliegue de los militaresde la Guardia Nacional, creada en 2019 y criticada por muchos expertos por implicar la militarización del país. Salgado alerta de que “México vive una transición que puede terminar con una escalada de actos de narcoterrorismo como sucedió en Colombia en los 90″.

A pesar del despliegue de 85.310 efectivos del ejército, casi el doble que los 54.980 militares con los que AMLO comenzó su mandato hace más de tres años, el número de homicidios ha aumentado tras un ligero descenso del 9% en el primer semestre del año. Julio fue el segundo mes más violento del año con 2.332 homicidios, 75 personas al día, solo superado por 2.472 en mayo. El mandatario mexicano de 68 años confía en “llegar al 15% de disminución a finales de año”. México registró 35.625 homicidios dolosos en 2021. Pese a suponer una ligera reducción respecto a los 36.773 en 2020, en los más de tres años de Obrador al frente del gobierno se han registrado las peores cifras de homicidios de los últimos 30 años.

López Obrador defiende su estrategia de “abrazos y no balazos” con la que trata de desmarcarse de “la guerra contra el narco” lanzada en diciembre de 2006 por el expresidente Felipe Calderón: “Es atender las causas, no es nada más lo coercitivo, es que haya mejores condiciones de vida, de trabajo, que haya empleo, que mejoren los salarios, que no se empobrezca el pueblo, que se atienda a los jóvenes, que se moralice la vida pública”.

Pese a que los problemas de seguridad tienen su origen en ejecutivos anteriores, Salgado subraya que “gran parte de los problemas de seguridad se deben a una estrategia fallida del gobierno de López Obrador”. Salgado señala dos grandes lagunas: “Hace falta inteligencia financiera. Seguir el rastro del dinero para ahogar a los narcotraficantes como ocurrió en Italia con la mafia. Y un despliegue más efectivo del ejército. El control migratorio se ha reforzado. Se debe priorizar esfuerzos en la lucha contra el narco”. Oliva sugiere “fortalecer las policías municipales y estatales” y “una revisión del sistema penal”.

López Obrador despliega cientos de soldados

Pese a los fallos en la estrategia de seguridad, el profesor de la UNAM remarca “la complejidad de un problema con muchos factores”: “Se ve el esfuerzo de las instituciones y el intento del ejército por controlar la situación. Pero es muy complicado frenar la violencia por las lógicas del mercado de las drogas. Si dos bandas de narcos deciden matarse a balazos, no puedes decirles ‘tranquilos, llévenla con calma’”.

El gobierno mexicano ha desplegado a cientos de militares en las zonas calientes de la violencia del narcotráfico. López Obrador trata de calmar el miedo que provocan los tiroteos, las bombas molotov y la quema de comercios. Unos 300 militares llegaron el 10 de agosto a Uruapan para reforzar la seguridad y otros 500 soldados se desplegaron en Guanajuato. Dos aviones de la Fuerza Aérea Mexicana trasladaron a Ciudad Juárez a 300 militares el pasado fin de semana, 120 llegaron a Mexicali y 350 soldados a Tijuana. Otros 300 militares fueron desplegados el lunes en Guerrero. López Obrador ha reiterado su confianza en Guardia Nacional argumentando que “el ejército está del lado del pueblo”. El presidente mexicano insiste en su apuesta por la militarización para frenar el poder del narcotráfico.