Reino Unido

Truss lucha por seguir en Downing Street tras fulminar a su ministro de Finanzas

La primera ministra británica despide a Kwasi Kwarteng y da marcha atrás por segunda vez a su plan fiscal, pero no logra disipar las dudas sobre su liderazgo entre los mercados y su partido

La abrupta renuncia del ministro del Tesoro británico, Kwasi Kwarteng, da la medida de la magnitud de la crisis de liderazgo que golpea a la primera ministra británica, Liz Truss, cuando cumple un mes y una semana en el cargo. Truss optó ayer por soltar lastre y sacrificar a su «chancellor» e íntimo amigo, Kwasi Kwarteng, con el que había diseñado un «plan de crecimiento» mal financiado que provocó el pánico de los mercados y levantó un profundo malestar dentro del Partido Conservador británico. En un nuevo giro de 180 grados -el segundo en menos de dos semanas-, la primera ministra anunció que incrementará el impuesto de sociedades un 25%, como había previsto el anterior Gobierno y había anunciado su principal rival en las primarias, Rishi Sunak, para «tranquilizar a los mercados». Truss aseguró que permanecerá como primera ministra a pesar desautorizarse a sí misma por segunda vez consecutiva, haber renunciado a una de sus principales promesas de campaña para copiar las políticas de Sunak (su adversario), y haber despedido a su ministro de Finanzas, y probablemente uno de sus pocos aliados dentro del Partido Conservador.

«Está claro que algunas partes de nuestro minipresupuesto fueron demasiado rápidas para los mercados», reconoció Truss en una breve rueda de prensa en la que sólo aceptó cuatro preguntas y duro unos ocho minutos en total. No obstante, Truss se mostró «absolutamente determinada» a aplicar su plan de «crecimiento económico», pese a las duras críticas recibidas dentro y fuera de su partido contra su estrategia de recortes fiscales financiados con el aumento de la deuda pública. Las explicaciones que ofreció ayer la «premier» británica fueron muy poco convincentes y no aliviaron el malestar interno. Los «tories» rebeldes recuerdan que Truss y Kwarteng diseñaron juntos el plan de crecimiento y eran colaboradores estrechos. Los dos eran vecinos de Greenwich, un barrio al sureste de Londres, antes de mudarse a Downing Street y juntos participaron en la escritura del manifiesto «Britania desencadenada» en el que apostaban por bajadas de impuestos y desregulaciones masivas para dinamizar la economía inglesa. Fuentes conservadoras citadas ayer por la BBC se preguntaban si la primera ministra podría sobrevivir a este sobresalto. «Voté por Liz, pero creo que acaba de nombrar a su sucesor. Horrible. Lamentablemente, creo que ha acelerado su destitución», escribió un «tory» al editor político de la cadena británica tras la rueda de prensa de su jefa.

Truss nombró a Jeremy Hunt, ex ministro de Sanidad y de Exteriores y uno de los conservadores más destacados del ala moderada, como nuevo «chancellor». Hunt compitió en las primarias para suceder a Boris Johnson, pero fue eliminado en las primeras votaciones. El nuevo ministro del Tesoro dio su respaldo a Sunak, el ex «chancellor» que alertó de las turbulencias que provocarían en los mercados los planes económicos de Truss, y al que ahora todos ven como un «candidato de consenso» para suceder a la «premier» si la situación no se normaliza. Pese a los esfuerzos de la lideresa por calmar a los inversores y a sus colegas de partido muchos empiezan a pensar que el auténtico elemento desestabilizador es ella. La libra siguió ayer en caída después de su comparecencia en la que quedaron más preguntas que respuestas.

Economía en apuros
Economía en apurosAntonio Cruz

El ex «chancellor», Philip Hammond, acusó a Truss de «tirar por la borda» la imagen del Partido Conservador como gestor económico. «Me temo que hemos desperdiciado años y años de arduo trabajo para construir y mantener una reputación como un partido de disciplina fiscal y competencia en el gobierno», se lamentó en una entrevista en la BBC4.

Kwasi Kwarteng comunicó su destitución ayer por la tarde con una carta dirigida a Truss y publicada en su cuenta de Twitter. «Me ha pedido que me aparte como su ministro de Finanzas. He aceptado». El «chancellor» tuvo que interrumpir un viaje de trabajo en Estados Unidos para regresar precipitadamente a Londres y anunciar unas horas después su dimisión. El mismo jueves negó a los periodistas que fuera abandonar su puesto a pesar de los rumores de malestar dentro de las filas «tories» con sus políticas. Una circunstancia que demuestra en nivel de volatilidad que existe en estos momentos en la política británica por lo que nadie está en condiciones de garantizar que no vaya a haber más sorpresas en los próximos días o semanas.

Algunas ‘tories” piden ya la cabeza de la primera ministra y, según el periódico ‘The Times’, hay un plan en la sombra para sustituir a Truss por un tándem de líderes: los diputados Rishi Sunak y Penny Mordaunt, segundo y tercero en las ultimas primarias conservadoras. Esta misma semana, la jefa de Gobierno descartó ante el Parlamento que tenga en mente adelantar las elecciones.